Celeste
Ver el odió reflejado en los ojos del hombre que por años creí mi padre, sobrepasa en demasía todo límite. No le deseo mal a ninguno de los dos, pero ruego a Dios que me de las fuerzas para poder perdonarlos.
¡No están fácil como lo pensé!
De repente una cálida sensación me abrigo quedando en completa oscuridad.
Despertar y verme rodeada de dos personas que me ven con tal amor, devoción que hacen sentir incómoda que toda la atención esta puesta en mí.
¡Mi sueño hecho realidad!
¡Una familia!
Aun no lo creo, por veces me pellizco para ver si estoy soñando. No es tan real como que lo que siempre sospeche sobré William O'kelly solo fue un lindo pensar que todos quisimos hacer una realidad fallida, está muerto y hay que aceptarlo.
Convivir con tres hombres, posesivos, pero amorosos con demasía es un poco agotador pero tierno, ver los celos de un padre y un hermano que estoy conociendo y que no pierden la oportunidad de acuchillar con la mirada a Piero, que no se deja amedrentar. Mi madre me mima como no hay una idea y lo que más me preocupa es subir de peso con las delicias que prepara en compañía de Nana que se han hecho muy amigas.
No miento cuando digo que me siento enormemente feliz por fin la vida me sonríe continuamente.
Mi habitación fue amoblada para Samanta que se quedará con nosotros por una temporada, si no es por siempre ya que su cercanía con mi hermano es algo sospechosa. El juro solemne que sería la primera en saber si tenía alguna novia, se estremeció al decirlo.
—Sabes que soy tu única hermana ¿Verdad? Por lo tanto, no hay más favoritas.
Entrecerró los ojos y negó sin darme la razón, no le gusta perder.
—Por eso serás la primera en saberlo y dime porque desechaste el altar de tu habitación —eludió el tema de Samanta — acaso ya no oras, mi hermosa hermanita ¿Eh?
No me pasó desapercibido su tono al decir lo último.
—Si lo hago, por tus pecados — se removió en el sofá — y por todos, pero son cosas del pasado que es mejor dejar atrás, para darle paso a un futuro más fructífero.
Arrugo en ceño, sus ojos verdes cuyo color compartimos se achicaron de sobremanera.
—No hablaras de darle nietos a nuestros padres ¿Verdad?
Sonreí nerviosa por el tema que dio por sentado que tendríamos. Negué y di gracias a Dios por la oportuna aparición de Samanta, para escapar.
—No huyas, sabes que eso está pendiente, no permitiré que tengas pequeños duendes con ese duende mayor que tienes por novio.
Grito a todo pulmón haciendo sonreír a su acompañante, al verme con suficiente distancia de él, le saque la lengua en respuesta, pedí perdón mental por tal mofa, intento levantarse, pero Samanta no se lo permitió, corrí riendo, la primera vez me costó una tortura de cosquillas, esta vez no lo soportaría.
En veces me detengo a pensar cómo sería mi vida si hubiera crecido en el seno de mi familia, del hogar que ahora tengo, pero suelo negar y dar gracias a Dios por la fuerza de mantenerme de pie en este momento, no dejarme vencer y darme las fuerzas para continuar y conocer a personas como William, su familia que es la mía y por supuesto por darme la oportunidad de conocer el amor en los brazos de Piero.
En la cena he notado a Piero algo nervioso, nunca lo había visto de esta manera.
La cena termina en una amena charla, Melquiades y su esposa nos acompañan, suspiro viendo la foto de William en el living, sé que él es feliz al ver que todos lo somos.
Piero se aclara la garganta, llamando la atención de todos los presentes, se acerca a mí.
—Mi ángel, no hay minuto de mi vida en que no le dé gracias a Dios por permitirme estar en tu vida, por traerme esta paz con solo estar a tu lado — sonreí nerviosa, al ver que todos me miraban, mamá a mi lado acariciaba mi brazo y papá no quitaba la mirada del hombre parado frente a mí, igual que mi hermano — y son los mismos que me reprochó por haber sido tan hostil y, haberte tratado con tanta antipatía —. Suspiro sin dejar de mirarme —Pero doy gracias a tu sinceridad, tu ternura, inocencia y a la pureza de tu mirada, esa verdosa mirada que me volvió loco desde el primer día, solo que eras menor de edad y luego vino todo lo demás, el caso es que no pretendo esperar un segundo más de mi vida, sin asegurarme que serás mía por siempre, amó tu manera de ver la vida, esa forma de perdonar y no guarda rencor. Eres mi complemento y ya que te graduaste con honores — papá se aclaró la garganta, como evitando que alargara su diálogo —. Mi amor lo que quiero decirte, es que no hayo una vida sin ti a mi lado, sin el calor de tus brazos y la suavidad de tus labios — eso lo dijo por molestar a papá y a Joshua que se removieron incomodos, y mamá con una mirada de advertencia los tranquilizó — ere mi mayor tesoro, mi ángel y espero que la vida nos lleve por el mismo camino juntos por toda una eternidad.
Nunca había escuchado palabras más hermosa y sinceridad en la mirada de un hombre como ahora, la convicción con la pronunció cada una me lleno de gozo el alma, ver que el amor es recíproco, me llena de felicidad con demasía.
Acorto distancia y se puso sobre una rodilla, en su mano dejo al descubierto una pequeña caja de terciopelo roja dando vista a un hermoso anillo, la sencillez lo predomina, pero esa hermosa piedra rosa de tamaño moderado da ese toque de elegancia.
—Celeste Allen, ¿quieres casarte con este hombre a tus pies?
Las palabras no salían de mi garganta, me hallaba en un hermoso sueño, si, seguro era eso. Todos esperaban en un silencio colectivo por una respuesta.
—Y allí te quedaras, duende por qué mi hermana...
—Si, si quiero—interrumpí a Joshua, que bufó — claro que seré tu esposa, pero... — su sonrisa se paralizó y la de mi padre y hermano se intensificó. — lo tomaremos con calma.
Se levantó besando mis labios con dulzura, colocó el anillo en mi dedo, volviendo a robar mi aliento, y dejándome con ganas de más al separarse.
—Nos casaremos cuando tú lo consideres mi amor.
Todos aplaudieron y nos felicitaron, no hubo excepción, por qué por ese abrazo de parte de mi hermano sé que es feliz si yo lo soy, solo le encanta fastidiar a Piero por las acusaciones en su contra en el pasado.
—No sabía que mis lindos ojos te habían cautivado desde un principio.
Sus fuertes brazos en mi cintura, me brinda la seguridad que mi parte débil súplica.
—Eso, señorita ni yo mismo lo quería admitir, pero eres lo más bello que me ha pasado en la vida y te protegeré siempre, nadie volverá hacerte daño alguno.
Entre sus brazos y caricias volví a experimentar el amor en todo su esplendor, de esa manera tan suya de llevarme al cielo con un beso y, bajarme con el roce de sus dedos por mi piel que clama la suya al separarse para admirar mi desnudes, una desnudes que ante sus ojos no me da la menor vergüenza, él es el único hombre que ha poseído mi cuerpo y lo será por siempre.
Una promesa fue lanzada, lo que no es seguro sea cumplida. Contra los sucesos del destino no hay promesa que se cumpla o ¿SÍ?
AMO AL HERMANO DE CELESTE Y EL APODO QUE LE COLOCO A PIERO JAJAJJ.
¿PODRÁ PIERO CUMPLIR TODAS SUS PROMESAS?
¿QUÉ OPINAN USTEDES CHICAS?
LAS LEO EN LOS COMENTARIOS, LES AGRADEZCO QUE COMPARTAN ESTA HISTORIA PARA ASI LLEGAR A MAS PERSONAS.
UN FUERTE AGRAZO.
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LA PUREZA DE SU MIRADA
Short StoryUna mirada inocente, puede llevarte a pensar en los más puros pensamientos hasta los mas oscuros, arraigando sentimientos inimaginables por esa persona. ¿Pobra más el amor que el rencor infundado? ¿Será la dulzura, la ingenuidad el arma más poderosa...