EPÍLOGO

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PieroMis pensamientos se remontan a ese preciso momento, donde unhermoso ángel de mirada esmeralda; me sonríe, no pude apartar lamirada de ella, nunca vi nada igual.


¡Pureza!


Ni una pisca de maldad en su ser, mi conciencia advirtió que era una niña.Con todo lo sucedido y, los malos entendidos, nunca deje de verla comoese ángel que proporciona paz, tranquilidad, la mujer que quería para mí.Me tarde en reconocerlo, pero al fin siento la felicidad a plenitud.El vacío de la muerte de mi padre es algo, con lo que todos hemos lidiadode forma diferente. La más afectada es mamá, ya que fue ella el mediopara llegar a él. Es con lo que aun lucha, sintiéndose culpable. Todosdecidimos vivir en la casa que nos dejó nuestro padre, una familianumerosa, incluso Efrat y Naira.


Celeste le reprochó a Melquiades el habernos hecho llegar a la conclusiónque papá está vivo, ella aun guardaba la esperanza, ¿cómo no hacerlo? Nose está listo para dejar ir de repente a un padre que te amo y amas porencima de todo y, ella aún más, si ese hombre lo dio todo por ella sinconocerla.Ese era mi padre, un hombre que daba sin medir aquí en, ni esperandoalgo a cambio.En el buffet todo marcha sobre ruedas y, tener a mi prometida cerca esmás que satisfactorio. Celeste se toma su trabajo muy enserio, por lo quesea ganado el respeto de cada miembro del buffet.


¡Espero con ansias que sea mi esposa!


Las escapadas a la casa del lago son más frecuentes, solo en ese lugarpodemos tener un poco de tranquilidad y privacidad para los dos, y noquiero decir que en casa no, pero con tantas personas en una casa. ¡Nique decir!


Mi bello ángel, no ha perdido su pureza, esa timidez que la caracteriza enocasiones, por qué esas dos han sido muy mala influencia para Celeste,Samanta es una que no pierde oportunidad para aconsejar en mi contra;salgo ganando por qué ella solo sonríe y niega, a lo dicho por su cuñada.Al parecer las cosas entre Sam y Joshua van cada días más seria, aunquelos dos aun lo niegan.


Veo bajar a Celeste, con un hermoso vestido esmeralda, que no le restahermosura a su mirar, su sonrisa ilumina el lugar. Llego a ella ayudándolaa bajar los últimos peldaños de la escalera, deja un furtivo beso en mislabios arrastrándome al jardín.Sin comprender me dejo guiar por ella, ¿Cómo no hacerlo si esa mujer metrae más que enamorado? Tanta es mi confianza que iría al infierno de sumano.


Al llegar al jardín al frente de las flores que aun procura con amor, se giray su rostro se nota preocupado, nerviosa.


—¿Sucede algo, mi amor?


Niega y afirma a la vez, en un claro acto de nerviosismo, su actitud meestá preocupando, ¿Y si por fin el remedo de abogado consiguió lo quetanto quiere? No, imposible. Celeste me ama a mí, para su mala suerte.Dejo de lado mis inseguridad, que de vez en cuando me gobierna, sé quehe sido su único novio, por lo que dudo en que quiera experimentar; eselado inseguro me ataca, desde un tiempo no entiendo el por qué, peroconozco a mi ángel y sus ojos a un me miran con amor.


—Creo que, en los próximos meses, necesitare ayuda en el trabajo—. Suspalabras me sacan de mis pensamientos vacilantes.Frunzo el ceño sin entender, igual la apoyaré en lo que necesites.

LA PUREZA DE SU MIRADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora