EL INTERCEPTOR
~Charlotte~
Diecisiete años después: tiempo actual...
—¡Todo es tu culpa! ¡Todo es tu puta culpa! —me grito a la cara mi padre como es su costumbre—. Solo tenías una cosa que hacer ¡Una! Solo tenías que quedar en primer lugar ¡Solo eso maldita sea! —Le dio un golpe a la mesa.
Me tapé los oídos inmediatamente.
Siempre hace eso cuando me quiere tenerme controlada. No puedo reaccionar de inmediato ante los fuertes sonidos provocados por un golpe. Es como si todo a mi alrededor dejara de existir y simplemente queda un margen borroso. Por suerte ahora no golpeó tan fuerte. Parpadee unas cuantas veces para enfocarme de nuevo.
—Solo quedé en segundo lugar. No es tan malo —dije, muy cansada.
Yo ya sabía su respuesta.
En esta familia...
—¡En esta familia no existen los segundos lugares! ¡¿Entendiste?! —su voz se escuchó aún más fuerte que la anterior.
Odio que me grité. Todo el tiempo que nos vemos pasa lo mismo, y si no hay razón para discutir la busca.
Sus ojos penetrantes me causan temor.
Se lo que significa esa mirada pérdida, oscura, sin ninguna gota de amor. Todo su cuerpo quería atacarme solo esperaba una excusa más.
Lo peor es que no puedo reaccionar, mi cuerpo solo me permite actuar cuando el ya esta atacando, nunca antes. Una parte de mí piensa que se podrá controlar y no me lastimara. Es por esa razón que no actuó antes para que no se enojé más.
Nunca a pasado eso. Desde que comenzó a golpearme no hubo marcha atrás.
Mantuve la cabeza baja con la mano en la boca esperando que terminara su regaño para irme de aquí.
Cuando no respondí su pregunta hice que su enojo creciera aún más. A pasos rápidos se acercó a mí. No tuve tiempo de reaccionar cuando ya me tenía sujeta por lo brazos enterrando sus dedos con fuerza. Comencé a respirar con dificultad esperando el golpe. Con las manos intenté cubrir mi rostro, pero no me dejó porque las separó enterrando aun mas los dedos en mis brazos.
—¡DIME SI ME ENTIENDES!
El dolor que ejerce su agarre despertó mi furia también.
—¡Ya basta! ¡¿Acaso tu nunca estuviste en segundo lugar?! —lo lance lejos de mí. Sentí un alivio cuando sus dedos soltaron mis brazos— ¡Ya hice lo que querías! Jugué, salí en la maldita revista y di la entrevista ¡¿Que más quieres?!
Mi acción no lo sorprendió. Ya esta acostumbrado a ver cómo intento defenderme. Digo intentar porque siempre su fuerza puede más que yo.
Volvió a acercarse a mí. Pero está vez no me tomo por los brazos, una de sus manos viajo directo a mi cuello presionando con fuerza mientras que la otra presiona con fuerza mis mejillas. Al instante intenté quitar cualquiera de sus manos. Ambas provocan cosas que duelen; la mano en mi mejilla al chocar con mis dientes, la mano en mi cuello comenzaba a impedirme respirar.
—¿Y por culpa de quién no pude seguir jugando? —susurro atrayéndome a él con fuerza—. Todo fue tu culpa Charlotte. Todo siempre ha sido tu puta culpa. Desde el primer segundo que hiciste presencia en mi vida todo se fue al carajo.
Luego discutimos sus palabras. Ahora mismo estoy a nada de aquedarme sin respirar. Mis piernas comenzaron a sentirse débiles, intentaba con mis pocas fuerzas quitar su mano, pero no pude. Su sonrisa maliciosa aumenta al ver cómo me voy debilitando, cada quejido que suelto con dolor le da más satisfacción. Su punto siempre es hacerme sufrir. No deje de verlo a los ojos. Sé que me soltara, pero mi pánico siempre se activa.
ESTÁS LEYENDO
Fuego Rojo Y Azul ©
Teen FictionEn el mundo de los millonarios, nada es como parece. Charlotte y Rick son dos personas con secretos y motivos ocultos. Cuando se encuentran, su conexión es instantánea. Pero nada es tan fácil en la vida de Charlotte Byrne. Pero nada en la vida se R...