XXIX

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¿VALE LA PENA?

~Rick~

No lo soporto.

Me estoy volviendo loco.

Camino de un lado a otro dentro se su habitación que me esta asfixiando mientras la veo tirada en su cama temblando.

Escucho como suelta un quejido que me destroza por dentro.

Desabotono los dos primeros botones de mi camisa blanca para respirar mejor y soportar un poco más.

Son las tres de la madrugada y el dolor no pasa.

—Me estas mareando —me dice Kira.

—Hay que llevarla a un hospital —suelto con desesperación sin soportar verla un momento más así.

Es que ya no lo aguanto. Ha estado toda la noche ahí tirada con fiebre.

Yo ni siquiera tengo sueño. No puedo ir me a dormir sabiendo que ella está tan mal. Simplemente no puedo.

—No podemos Rick —me dice Kira por quinta vez mientras le pone otro paño frio—. Si vamos a un hospital la prensa se entera, si llamamos al doctor su padre y familia también se enteran. Y ella no quiere eso.

No para de soltar quejidos entrecortados qué me hacen querer arrancarme los oídos. Intenta moverse aun lado y se queja aun más. Esta así desde que se desmayo en mis brazos y no ha vuelto abrir los ojos.

Me esta matando.

Necesito que me diga que esta bien así sea mentira.

Voy hasta ella aun lado de su cama para tomar su mano y en el momento en que me siente me da apretón con fuerza contrayendo el rostro.

—Esto no es nada —habla Bratt desde uno de los sofás cerca del ventanal—. Ayer hasta deliraba.

—Entonces hay que darle más medicamento ¿Que le recetó el doctor para el dolor?

Entre Kira y Bratt se comparten miradas qué me indican que no me dirán nada. O más bien parecen no saber mucho.

—No me digan que no vió un doctor.

—Ya te dije que no podemos o su familia...

—¿Y que es lo que ha estado tomando? —pregunto con voz irritada. Estoy perdiendo la paciencia con estos dos.

—Yo le di un medicamento para calmar el dolor. Estará bien —responde tan tranquilo Bratt.

—¿Tu te has creído doctor? —le espetó molesto— ¿Como se te ocurre darle algo sin saber que tan grave puede estar, idiota?

—Esas pastillas me funcionaban a mí.

—Al carajo.

Me pongo de pie tomando mi celular para llamar a mi médico familiar. No me importa si se enoja, no la voy a dejar sufriendo toda la noche solo por su terquedad.

—Espera, Rick, ¿Que vas hacer? —me detiene Kira intentando quitarme el celular de las manos. Se lo impido colocando una mano en su hombro qué la deja a medio metro de mí.

Veo a Charlotte en la cama casi luchando por pasar la noche y no me arrepiento de lo que voy hacer.

Doy la orden a mis hombres que vayan por el medico familiar. Que con mucha discreción lo metan a la privada de Charlotte, y así pueda suministrarle medicamentos. No estoy dispuesto a dejarla así ni un momento más.

El corazón se me aplasta de ver como esta cerca de las lagrimas. Me sorprende que aún no allá soltado ninguna. Es tan fuerte que me sorprende.

¿Como es que aguanto la primera noche?

Fuego Rojo Y Azul ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora