XXII

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AMIGOS

~Charlotte~

¡RIIIIIIIIIIIIIIIN!

¡Carajo!

Mi cabeza por todos los cielos.

Respirar duele. Vivir duele. Existir duele.

—Maldición, Charlotte, apaga esa alarma —escuche decir a mí derecha.

Al instante solté un grito mientras me levantaba del colchón. Fui a dar al piso de culo.

Mire hacía el espejo que refleja mi cama y vi como Bratt se asomó para verme tirada en el suelo.

—¿Te quieres callar? Intento dormir.

Me quedé mirándolo un momento tratando de recuperar todas las memorias de la noche anterior y tratando de saber si no cometí otra estupidez en mí vida.

Por favor que no haya pasado nada con él.

Me mire el cuerpo y la buena noticia es que tengo mi vestido puesto junto con la ropa interior que siento bajo el vestido.
La mala es que estoy hecha un desastre de la cara.

Como si tuviera la pregunta escrita en la cara él la respondió.

—No. No paso nada ¿okey? no soy un depravado.

Solté aire aliviada y pareció ofenderse con gracia.

—Ah, okey —solté aliviada.

—Pero si quieres todavía hay tiempo.

—Ja, Ja, Ja —me comencé a levantar del suelo. En ese momento me percate que aún tengo los tacones puestos. Me volví a dejar caer para quitármelos— ¿Qué haces en mi cama?

—No tentó idea ni de cómo llegamos a tu casa.

Me puse de pie tratando de mantener el equilibrio y recuperando toda información sobre mí.

Si sonó la alarma aun es temprano. Eso es bueno. Si.

—Levántate —le di un golpe a la cama.

—Aun es temprano nenita —se hundió más en las sábanas—. Quiero dormir más.

—Puedes dormir más en otra habitación, yo necesito alistarme para mi día.

—Oh, tranquila, quítate la ropa sin pena. —se sentó y se apoyo en el respaldo mirándome con picardía—. Yo seré tu público, ¿Te pongo una canción?

Me quedé mirándolo con muy mal humor y entendió de inmediato que no estaba jugando.

No entiendo como puede pasar de ser de mí total agrado, luego pasable y al final quiero lanzarle un objeto punzocortante.

Porque solo te agrada cuando está dispuesto a rendirse a tus pies pedazo de egocéntrica.

—Ya voy —se levanto a pasos perezosos —, ¿Donde puedo ducharme?

Le indique donde estaba la habitación de invitados y se marchó de inmediato.

Yo fui hasta donde esta mi bolso y busque los mil celulares qué me castran la vida todos los días.

Después de revisar mil cosas sobre el trabajo, seguí con mi celular personal.

Kira: ¿Donde estas? Desde que te fuiste con Bratt no se nada de ti.

Kira: ¿Te secuestraron?

Kira: llamo a la policía

Kira: ¡Estas viva!

Fuego Rojo Y Azul ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora