INVOCANDO AL DEMONIO
~Charlotte~
¡RIIIIIIIIIIIIIIIN!
Aaahg.
Extendí mi brazo tratando de encontrar esa maldita alarma un poco adormitada.
Después de cinco manotazos a la cómoda logre apagar esa catastrófica alarma.
Odio las mañanas.
Después de cuestionar mi existencia, me levanté de la cama y me metí a la ducha. Al salir opté por un traje negro con una camisa gris por debajo y le agregué unos tacones no tan altos, está haciendo un poco de frío afuera así que también tomo un abrigo negro que me llega a los tobillos, mi bolso y mi portafolio
donde guardo mis libros y cosas del trabajo.¡bling! ¡bling! ¡bling!
Era un empleado de la empresa, parte de mi equipo.
—¿Qué?
—¿Señorita Byrne? —pregunto con temor.
Algo hicieron mal.
—¿Si? —trate de reunir paciencia.
—T-tuvimos que reajustar algunas cosas porque el licenciado Kelly, solicitó otras cosas y...
—Si llego a esa oficina y los avances no son como lo tenemos planeado todo el equipo tendrá un escarmiento por hacer cosas que yo no pedí hacer.
—¿P-pero y el licen...?
—Puedes decirle lo que se te venga en gana, pero a mi me tienes esos avances al pie de la letra.
Colgué.
Tomé aire tratando de contener todo.
Kelly, Kelly.
Betty me hizo un licuado simple, no tengo mucho apetito. Al terminar tomé mis cosas y me despedí de ella. Cuando yo vuelvo a casa, Betty ha terminado sus labores así que solo la veo por las mañanas.
Al salir de casa, Roger recién estaba estacionando el auto. Siempre llega dos o tres minutos antes de terminar el desayuno para llevarme a la universidad.
—Disculpe la tardanza señorita Byrne, tuve un percance.
—No te preocupes, Roger, llegas justo a tiempo —baje las escaleras hasta llegar a él.
En el caminó, le di indicaciones sobre lo que pasaría durante el día.
—Pasarás una hora antes a recogerme a la universidad, no tengo la última hora de clases. —Hice una pausa—. Después de ir a la empresa, cuando el reloj marque las cinco de la tarde, pasarás por mí y me llevarás al restaurante para la cena con Rudy.
Ya quiero verlo. Lo extraño mucho.
—Está bien señorita Byrne. —Dió vuelta en una calle—. Ahí estaré.
—Muy bien. —Le sonreí.
Roger es una compañía muy agradable. Entre nosotros se acabaron las formalidades desde hace tiempo —a excepción del señorita— me cuida mucho, se que es su trabajo, pero me acostumbré mucho a él le tengo confianza. Y es al único de mis empleados al que le tengo cariño.
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Fuego Rojo Y Azul ©
Teen FictionEn el mundo de los millonarios, nada es como parece. Charlotte y Rick son dos personas con secretos y motivos ocultos. Cuando se encuentran, su conexión es instantánea. Pero nada es tan fácil en la vida de Charlotte Byrne. Pero nada en la vida se R...