XXXIV

1.2K 41 8
                                    

PREGUNTAS

~Charlotte~

Soy su novia.

¡Soy su novia!

Dios, no lo puedo creer todavía. Quiero gritarlo al mundo entero. Mi corazón no puede con tanta emoción; necesito liberar un poco porque ya no sé dónde almacenar más sentimientos.

Nunca creí que me causaría tanta felicidad ser novia de alguien. Ni siquiera pensaba en volver a intentar tener una relación. Creí que me terminaría casando por algún tipo de convenio o trato que me impusiera Lorenzo.

En mi vida no había tiempo para relaciones sentimentales; todo mi mundo lo inundaban mis hermanos, junto con el trabajo y... Lorenzo. Pero no me molestaría cambiar mi vida solo para tenerlo a mi lado.

En serio, no sé cómo logró hacer que yo rompiera mi sistema solo por querer estar a su lado, o solo por ver sus ojos un momento, oír su voz, ver su sonrisa y tener su olor cerca de mí.

No tengo ni idea de cómo voy a manejar nuestra relación sin que él se dé cuenta de toda la mierda que es mi vida, pero yo sé que voy a encontrar alguna forma. No me importa lo mal que esté mi vida. Por él, quiero encontrar una forma de salir de toda esa porquería que me rodea. Solo para que ambos estemos bien y que él nunca sepa esa parte de mi vida. No puede saberla, o por lo menos no ahora. Quizás hablé con él de eso, pero cuando yo tenga todo controlado.

No quiero que se involucre en eso de ninguna forma. Y tampoco quiero que me mire... como todos me miran cuando se enteran de esa parte de mi vida. Yo siempre quiero que me miré como a esa mujer que es fuerte aunque con él no lo sea siempre. Yo solo quiero estar bien con él.

Yo necesito estar junto a él. No me quiero separar nunca más de su piel, no quiero perder esas palabras tan bonitas que hacen que mi corazón se sobrecargue, me niego a que aparte sus ojos de los míos, jamás permitiría que alguien me robe sus besos y por nada del mundo quiero que sus manos toquen otra piel qué no sea la mía.

De solo pensar que él puede hacer todo eso con alguien más quiero explotar el mundo entero.

Yo lo quiero solo para mí.

Estoy más que perdida y jodida, lo sé, pero no me importa. Por él puedo perderme en un abismo y sé que iría por mí.

No quiero ni pensar en eso porque ahora estoy en el mismo paraíso. Entre sus brazos y es todo lo que me importa.

Su respiración es serena y tranquila. Con mi cabeza sobre su pecho, siento cómo sube y baja, acompañada del ritmo constante de su corazón. Es como si nada en el mundo pudiera perturbar su paz.

Levanto la mirada hacia su rostro, apoyando mi quijada en su pecho. Aún duerme, ajeno a mi admiración. Con suavidad, dejo que mis dedos recorran su frente, apartando un mechón de cabello negro que cae sobre su rostro perfecto.

Acaricio cada centímetro de su piel, grabando en mi memoria cada detalle, cada curva, cada textura. Su belleza me hipnotiza. Parece un ángel caído del cielo el condenado. Es tan atractivo que ni siquiera parece real. Todo lo que él te hace vivir parece ser de un universo paralelo donde solo hay paz y tranquilidad.

Hasta que sus labios comienzan a recorrer mi cuerpo, claro. Ahí se convierte en el mismísimo demonio y...

Las mejillas se me pintan de carmín de solo pensar en todo lo que pasó ayer y durante todo la madrugada.

Este hombre me llevó a explorar rincones del pasadizo del placer que jamás había logrado alcanzar. Todo fue tan malditamente delicioso.

Los gritos que provocaba en mí salían con tanta fuerza por no poder contenerlos. Quería hacerle saber de alguna forma lo que estaba sintiendo con cada cosa que me hacía, y los gemidos y gritos fueron mi única salida.

Fuego Rojo Y Azul ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora