XXXII

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EL UNIVERSO ENTERO

~Charlotte~

¿Como pude decirle eso a Ricky? ¿Como pude ser tan mala con él?

Siento un gran pesar al recordar mis palabras. Las imágenes se pasean en mi mente una y otra vez. Juro que me intente contener pero no pude. Todo mi control se vino abajo.

Fui tan mala con él. Cuando él ha sido todo lo contrario conmigo.

—¿Que dijimos? —me reprendio con voz calmada mientras mordia su tostada—. Nada de caras tristes.

—¿Me perdonas?

Me sonrió con ternura.

—Ya te he dicho cinco veces que no tengo que perdonarte, Lotty.

—Es que te trate muy feo —me metí un trozo de piña a la boca.

Hoy amanecí muy sensible. No me molesta mostrarme así ante él.

Nos terminamos todo el desayuno que Betty nos preparo.

Mientras Rick comía yo disfrute de la vista que me brindaba. Esta sin camisa y puedo ver todo su pecho, brazos y abdomen. El desgraciado esta buenísimo.

El tatuaje de la rosa roja no es el único que tiene, un tatuaje de una serpiente muy bien detallada de colores negros y grises. El tatuaje se enreda en todo su brazo dejando la cabeza en un pectoral con los colmillos expuestos como si fuera a atacar.

Tiene unos brazos, gruesos y fuertes, parecían capaces de aplastar cualquier obstáculo con solo un gesto. Me recordaban las veces que me había tomado en sus brazos, manipulando mi cuerpo con una facilidad que me dejaba sin aliento.

Mientras observaba, Rick mordió su último pedazo de tostada, y luego se chupó el pulgar con una sensualidad que me hizo estremecer. Luego, llevó la vista hasta mí y me sonrió con esa misma felicidad y picardía que siempre me hacía sentir débil.

Todo pasó en cámara lenta ante mis ojos, como si el tiempo mismo se hubiera detenido para que yo pudiera absorber cada detalle de su belleza. El sonido de su risa, la forma en que sus ojos brillaban, el movimiento de sus labios al sonreír... todo se unió para crear una experiencia sensorial que me dejó sin respiración.

—¿Tanto te gusto que te quedas hipnotizada por mi belleza?

Le sonreí mientras me levantaba de mi asiento para ir hasta él. Cuando me tuvo de frente me abrazo por la cintura como es su costumbre cada que estoy cerca.

—Entonces —con un dedo comencé a recorrer su pecho— cuando tu te me quedas viendo por mas de una hora detallando cada parte de mi cuerpo ¿Quiere decir que te gusto?

Con una sonrisa se acercó a mis labios para besarlos. Me he acostumbrado tanto a sus besos en tan solo una semana que ahora siento necesitarlos todos los días.

Sus labios son tan expertos que me consumen en un instante llevándome a la perdición de ellos.

Dejo mis labios para acercarse a mi oído.

—Me fascinas —dijo en un susurro que me erizó toda la piel.

Sin perder él tiempo me tomo por el cabello tirando de él hacia atrás con fuerza para tener acceso a mi cuello sin problemas.

Solté un quejido, pero muy lejos de ser de dolor era de placer. Me encanta cuando hace conmigo lo que quiere. Me encanta que tome posesión de mi cuerpo como si fuera suyo. Adoro la manera en que me trata cuando me tiene solo para él.

Bajo las manos hasta mis nalgas para levantarme y dejarme encima de la isla. Con las manos yo aleje lo que sea que me estorbara para poderme recostar.

No tardó en aparecer por encima mio y se volvió a apoderar de mis labios mientras yo tenia todo su cuerpo entre mis piernas.

Fuego Rojo Y Azul ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora