XXVI

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DOLOR

~Charlotte~

El dolor de mi abdomen y cintura aumento aún más por la noche y fue algo horrible que no creí volver a sentir.

Tuvieron que darme calmantes para poder dormir. El dolor me atrapó de tal forma que no me quería dejar ir.

Ahora tengo drogas en el cuerpo qué me calman el dolor pero desde hace unos dos minutos el dolor volvió cuando la llamada de Ki se reflejo en la pantalla de mi celular y dijo lo que más temía que pasara.

-No Kira, tienes que detenerlo -pedí colocando una mano en mi abdomen. Hablar duele.

Me senté en el sofá marron de mi sala para no tener que mantener yo sola el dolor.

Ay Rick. No quiero que me veas así. Ub

Tengo un moretón cerca del labio, que se extiende hasta la comisura de la boca y tiene un tono morado intenso. Otro moretón, casi azul, se despliega en mi mandíbula, desde el ángulo de la quijada hasta la oreja. Mi frente tiene un moretón ligero, pero visible, con un borde rojizo donde la lámpara me golpeó con fuerza. Puedo sentir un dolor sordo en cada golpe que John me dio.

Sin mencionar los moretones del cuerpo. Mi abdomen parece tomate maltratado, y mi espalda...

No él no puede venir.

No le quise responder las llamadas porqué se daría cuenta que estoy mal. Apenas y podía hablar ayer. El labio lo tengo muy hinchado.

-¿Crees que no lo intente? Lo perseguí hasta su coche y se fue sin que yo pudiera hacer nada. Ahora vamos en el coche de Joseph...

-¡¿También viene Joseph?!

-Y Sami.

Quise pasarme las manos por la cara de la desesperación pero recordé que casi estoy que se me cae la piel.

Esto no lo puedo arreglar con maquillaje. No podría ocultar ni el uno por ciento.

-¿Porqué no quieres que te vea? -pregunto, Joseph, poniéndome de peor humor.

-No es de tu incumbencia. No te quiero ver, ¿me escuchaste?

Él es quizás de las primeras personas que no quiero que me vean.

-Lastima, ya llegamos.

No, no, no, no.

Con el dolor extendiendose por todo mi cuerpo camine lo mas rapido que pude a mi habitación mientras colgaba la llamada. Todo el cuerpo me dolió.

Abrí la puerta de mi habitación y la cerré rápidamente querido que fuera más fuerte que la muralla china.

-¿Qué pasa nenita? -pregunto Bratt desde mi cama mientras veía su celular.

Yo me quede pegada a mi puerta esperando que todo se resolviera mágicamente.

-Rick.

Despegó la vista de la pantalla para verme muy pálida.

-¿Que pasa con él?

Comencé a caminar a él con la preocupación encima de mi cuerpo.

Cuando llegue a la cama me acosté a su lado y me tape de pies a cabeza como si eso fuera a resolver mis problemas.

¿Cómo desaparecer de la tierra?

-Viene, Rick viene a aquí ahora mismo -dije bajo las sábanas. Senti que se levantó de inmediato. Me volví a levantar para pararme frente a él-. No quiero que me vea así Bratt. No quiero.

Fuego Rojo Y Azul ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora