ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 28: ᴊᴜʟᴇs ɢᴇᴛ ᴜᴘ

81 8 7
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Seis meses habían pasado, seis meses desde aquella mágica noche bajo la luz de la luna. Charles y Carlos, y también seis meses en donde la incomodidad reinaba cuando Carlos, Charles y Herve estaban en una sola habitación reunidos, pero su amor seguía fortalecido, resistiendo la desaprobación de Hervé y las dificultades que la vida les presentaba. Jules y Pascale siempre en su defensa, Pierre y Max e incluso Checo se reúnian con la adorable familia para demostrar su apoyo. Y en todas estas oportunidades Checo aprovechaba para coquetear a Max, con comentarios como; Vamos guerito, dame un oportunidad o Maxie dime quieres una cita esta noche con este galán?

Y en todas esas oportunidades Max siempre lo mandaba al diablo.

Era una tarde tranquila, y Carlos había decidido llevar a Jules a un pequeño viaje por carretera. Querían pasar tiempo junto a su cuñado, compartir una conversación tranquila y disfrutar de la compañía y experimentar esa luz que Charles tanto menciona.

Jules desprende una luz cálida y brillante, incluso las rosas del jardín abren su capullo a la hora que él se acerca. Había dicho Charles una vez cuando paseaban por el hermoso Jardín.

  Mientras conducían por una carretera serpenteante a las afueras de Monte-Carlo, la música sonaba suavemente en el fondo, creando un ambiente relajado y agradable.

—¿Te has dado cuenta de cuánto ha cambiado todo en estos últimos meses? —dijo Jules, mirando por la ventana.

—Si, pero no se a que te refieres tú. ¿Algo que te moleste? —respondió Carlos, con una sonrisa—. Estoy agradecido de que hayamos encontrado una manera de estar juntos y felices yo y Charles.

Jules asintió, su expresión reflejaba serenidad. Pero en un abrir y cerrar de ojos, la tranquilidad se transformó en caos. Un coche se desvió bruscamente de su carril, invadiendo la ruta de Carlos y Jules. Carlos giró el volante con desesperación, tratando de evitar la colisión, pero el impacto fue inevitable.

El sonido del metal contra metal llenó el aire, seguido por el crujido de vidrios rompiéndose. Todo se convirtió en un borrón de ruido y dolor. Carlos sintió su cuerpo ser lanzado hacia adelante, su mente nublada por la confusión y el miedo. Cuando finalmente el coche se detuvo, todo quedó en silencio, excepto por el sonido de su propia respiración pesada.

—Jules... —susurró Carlos, tratando de enfocar su visión borrosa—. Jules, ¿estás bien?

No hubo respuesta. Carlos giró su cabeza con dificultad, sus ojos encontrando el cuerpo inmóvil de Jules. Un pánico frío se apoderó de él mientras intentaba moverse, sintiendo un dolor agudo en su costado. De pronto sintió como el sol se empezaba a esconder, las nubes ya en un tono gris comenzaron a juntarse, empezando una leve lluvia.

—¡Jules! —gritó, su voz quebrándose—. ¡Jules, por favor, despierta!

Los gritos de Carlos eran desgarradores, suplicaba por ayuda, que haría ahora, siguio tratando de despertarlo, pero Jules no se movió. Carlos sintió una ola de desesperación y culpa aplastante. Las sirenas comenzaron a sonar a lo lejos, pero en ese momento, todo lo que podía sentir era el peso del error que había cometido.

𝐁𝐄𝐘𝐎𝐍𝐃 𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐀𝐑𝐃𝐄𝐍 - 𝐁𝐲 𝐀𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬| 𝐂𝐡𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora