ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 24: ᴄᴏɴғᴇsɪᴏɴᴇs ʏ ᴛᴇɴᴛᴀᴄɪᴏɴᴇs

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Charles y Carlos finalmente llegaron a la mansión, tambaleándose un poco y riendo por el camino

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Charles y Carlos finalmente llegaron a la mansión, tambaleándose un poco y riendo por el camino. La noche había sido intensa, pero se sentían más unidos y fuertes que nunca. Cuando abrieron la puerta, fueron recibidos por Jules y Pascale, quienes esperaban ansiosos por saber cómo les había ido.

—¡Ah, por fin llegaron! —exclamó Jules, con una mezcla de alivio y curiosidad—. ¿Qué tal la noche?

Pascale les sonrió, aunque con una ligera preocupación en sus ojos.

—¿Cómo les fue? ¿Se divirtieron? —preguntó Jules viendo el estado de ambos hombres.

Carlos y Charles intercambiaron una mirada cómplice antes de responder. Charles, visiblemente más ebrio, comenzó a hablar primero.

—La noche fue... interesante —dijo, soltando una risita—. Nos encontramos con Checo, un viejo amigo de Carlos.

—Y claro, bebimos un poco... —añadió Carlos, riéndose también—. Pero sí, la pasamos bien. Fue bueno desconectar un poco.

Jules los miró con una sonrisa traviesa.

—¿Y qué pasó con Alexandra? ¿Alguna novedad?

Carlos y Charles se miraron, sabiendo que era momento de decirles la verdad. Carlos tomó aire y explicó la situación.

—Alexandra nos dijo que está embarazada, y que Charles es el padre —dijo Carlos, con una seriedad que contrastaba con su estado de embriaguez.

Pascale abrió los ojos con sorpresa.

—¿Qué? ¿Es eso cierto, Charles?

Charles negó con la cabeza.

—No lo sabemos con certeza. Podría estar mintiendo para separarnos. Pero por ahora, solo queremos disfrutar de esta noche.

Jules y Pascale intercambiaron miradas preocupadas, pero decidieron no presionar más por el momento.

—Entiendo —dijo Jules finalmente—. Es mucho para procesar. Pero recuerden que estamos aquí para apoyarles.

—Gracias, Jules —dijo Carlos, con sinceridad—. Significa mucho para nosotros.

—Bueno, es hora de que se vayan a dormir —añadió Pascale, con una sonrisa maternal—. Mañana podemos hablar más sobre esto.

Carlos y Charles asintieron, agradecidos por la comprensión de su familia. Se despidieron y se dirigieron a su habitación, tambaleándose un poco por el pasillo.

Una vez dentro, Charles se dejó caer en la cama, riéndose suavemente.

—No puedo creer lo que pasó esta noche —dijo, mirando a Carlos con una mezcla de incredulidad y deseo.

Carlos sonrió, sentándose a su lado.

—Fue una noche loca, eso seguro.

Charles se incorporó un poco, acercándose más a Carlos. Sus ojos brillaban con una chispa de travesura.

𝐁𝐄𝐘𝐎𝐍𝐃 𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐀𝐑𝐃𝐄𝐍 - 𝐁𝐲 𝐀𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬| 𝐂𝐡𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora