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Charles se giró rápidamente hacia Alexandra, tratando de mantener la compostura.
—Carlos vino a disculparse por una discusión que tuvimos antes. No es nada, cariño.—dijo con una voz calmada, aunque su corazón seguía latiendo con fuerza. Estuvo a punto de cometer la misma estupidez de hace horas atrás.
Alexandra los miró a ambos, con una mezcla de desconfianza y preocupación en sus ojos. Confiaba en su esposo y lo amaba y estaba segura de que él también la amaba con las mismas fuerzas. Después de un momento, avanzó lentamente.
—Espero que todo esté bien entre ustedes.—respondió, con una sonrisa forzada—.Esta tarde, deberíamos descansar. Dijo ella, sin dejar de ver a Carlos, Carlos sintiendo la tensión en el ambiente, se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta.
—Lo siento, no quería causar problemas. Buenas noches a ambos.—dijo, antes de salir de la habitación. Alexandra observó a Carlos salir, y luego se giró hacia Charles.
—¿Está todo bien, Charles? Has estado actuando raro últimamente. —preguntó, acercándose a él.
Charles suspiró, sintiendo el peso de sus emociones acumuladas. Quería ser honesto con ella, pero sabía que la verdad solo complicaría más las cosas.
—Sí, solo estoy cansado.—respondió, forzando una sonrisa-. Vamos a dormir.
Mientras se acostaban, Charles no pudo evitar sentir una sensación de vacío. Sabía que tenía que enfrentar sus sentimientos por Carlos, pero no estaba seguro de cómo hacerlo sin causar más dolor a todos los involucrados. Ni causar dolor a él mismo
A la mañana siguiente, Charles se despertó temprano y decidió salir a correr con Jules para despejar su mente. Mientras corrían por el parque cercano, no pudo evitar pensar en su conversación con Carlos la noche anterior. Las palabras de Carlos resonaban en su mente, mezcladas con sus propios recuerdos y emociones. Quería mencionarlo a Jules pero no sabia como este reaccionaria, lo cual se le hizo una estupidez pues Jules era alguien muy comprensivo, incluso su mejor amigo era gay, y él lo apoyaba con toda sus fuerzas.
─ Jules...─ Hablo el menor de los hermanos.
─ Dime Charlie. ─ Respondió el mayor, Charles odiaba ese apodo, realmente lo hacía.
─ Jules, ya te dije que no me llames así. ─ Demandó el menor. ─ Estoy demasiado crecidito para que me sigas asi llamando "Charlie."
Dijo lo último haciendo comillas en el aire, Jules solo sonrió ante lo dicho de su hermano menor. Lo amaba sin duda, y le encanta molestarlo. En respuesta este solo desordenó más el cabello de Charles y salió corriendo mientras reía.
─ ¡¡Atrapame Charlie!! ─ Gritó el mayor quien se alejaba más y más del lugar. Charles olvidó lo que tenía por comentarle y salió corriendo tras de él. Se sentía como un niño pequeño, pero se sentía tan bien.
Charles logró alcanzar a Jules, ambos rieron por el pequeño momento de adrenalina, Jules tomó por los hombros a su pequeño hermano y empezó a jugar con su cabello.
─ ¿Hace cuanto no hacemos esto? ─ Preguntó un exhausto Charles. Jules se giró para ver la pequeña laguna frente a ellos y respirar el aire puro de la naturaleza a su alrededor.
Había olvidado lo mucho que su hermano mayor amaba la naturaleza. Y Charles juro ver aves y mariposas posarse en las manos de Jules justo ahora. La luz del amanecer comenzaba hacerse presente iluminando los ojos verdes de ambos Leclerc.
─ Hace años, después de que Carlos se fuera a España tú cambiaste por completo, te centraste solo en tus estudios, en tu vida y en mejorar como persona. Realmente has cambiado Charlie, incluso te habías olvidado por completo de mi y mis canciones.─ Confesó Jules, y Charles no pudo evitar sentirse culpable. Tenía razón, había cambiado.
─ No, nunca te olvidaría hermano, yo te amo mas que a nada. ─ Dijo Charles, tal vez se había distanciado un poco pero ahora estaba con su familia todo el día, a excepción cuando él iba a su empresa para ver problemas mayores.
─ Aun recuerdo que solía cantarte cuando tenías miedo .─ Jules rio ante lo dicho. Charles sintio el calor subir por su cuello hasta sus mejillas tornandolo de color carmesí, le hacia recordar lo mucho que temia a que Jules tambien lo abandonara.
"Malditos traumas." Penso, luego giró hacia Jules quien tenía los ojos cerrados, se veía tan relajado.
─ You Will be Okay.─ susurró Charles, Jules alcanzó a escucharlo, pero no dijo nada.
Ambos se quedaron parados viendo la laguna, amaban este lugar, sobre todo Charles, ahi es donde conoció a Carlos, donde pasaron los mejores momentos de su vida, y por mas que este dijera que lo odiaba no podía convencerse de que era lo que realmente sentía por que odiaba lo que Carlos hizo no a Carlos en general.
─ Bien, es hora de regresar, estoy seguro de que el desayuno ya está listo.─ Dijo Jules para luego jugar con Charles a quien llegaba más rápido a casa, la cual Charles ganó. Ambos entraron riendo a la gran mansión topándose con Carlos quien hablaba a gusto con la mama de ambos.
─ Buenos días.─ Dijeron ambos al mismo tiempo. Carlos y Charles mantenían la mirada el uno sobre el otro, y como siempre cada vez que se veían todo a su alrededor desaparecía, las mariposas eran más intensas y la ansiedad por querer acercarse el uno al otro aumentaba. Charles logró salir de sus pensamientos, y borrar esas sensaciones de las que tanto ha intentado escapar.
Todos pasaron al comedor, pues Pascale los había regañado por haber llegado tarde. El desayuno fue meramente tranquilo, aunque Carlos aún sentía ese aire incómodo cuando estaba en la misma habitación que Alex.
El desayuno se llevó a cabo y todos se retiraron, Charles se dirigió a su oficina, necesitaba pensar, ordenar su mente y lo que debería hacer con sus sentimientos.
Empeso a tararear la canción que su hermano cantaba para el cuando apenas era un niño. La nostalgia lo lleno y de sus ojos brotaron lágrimas, lágrimas que nunca pensó volver a ver, o sentir.
