ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 37: ᴅʀᴇᴀᴍs

77 7 1
                                    



Carlos y Checo llegaron tambaleándose al apartamento que compartían. La noche había sido una montaña rusa de emociones, y ambos estaban completamente borrachos. La llave tardó un par de intentos en entrar en la cerradura antes de que finalmente lograran abrir la puerta. Carlos tropezó al entrar, riéndose mientras Checo lo seguía, cerrando la puerta detrás de ellos.

—¡Qué noche, amigo! —exclamó Checo, dejándose caer en el sofá—. No puedo creer todo lo que pasó. Al parecer alguien se divirtió de más…

Sergio dio una mirada de picardía. Carlos se dejó caer a su lado, riendo también. Tenía la cabeza dándole vueltas, pero la euforia de la noche lo mantenía despierto.

—Sí, fue una locura. —respondió Carlos, tratando de enfocarse en el rostro de Checo—. Pero, honestamente, ver a Charles… Fue mejor, pensé que me odiaba de nuevo, pero con ese beso en el balcón y la noche de hoy me di cuenta que me ama tanto como yo a él.

Checo sonrió y asintió, recordando el motivo por el que había organizado todo.

—Sabía que esto te haría bien. —dijo, dando un golpe amistoso en el hombro de Carlos—. Y aunque las cosas no salieron exactamente como esperaba, al menos tuvieron un momento juntos. Incluso de mas…

Carlos suspiró, recordando el encuentro apasionado con Charles en el baño. Sabía que había sido un error, un acto impulsivo alimentado por el alcohol y los sentimientos reprimidos. Pero, aun así, no podía evitar sonreír.

—¿Sabes qué, Checo? —dijo Carlos, mirando a su amigo con ojos vidriosos—. Estoy enamorado de Charles. Lo he estado desde que éramos niños. No importa lo que pase, siempre voy a sentir esto por él. No importa en qué época nos encontremos.

Checo asintió, su mirada se suavizó.

—Lo sé, hermano. Lo sé. —respondió con sinceridad—. Y Charles también te ama. Pude verlo en sus ojos esta noche. Pero ambos tienen tantas cosas en juego, especialmente con Leo y Alex en la ecuación.

Carlos asintió, consciente de la complejidad de su situación. Cerró los ojos por un momento, tratando de aclarar su mente.

—Y tú, Cabrón... —dijo Carlos, abriendo los ojos de nuevo y mirando a su amigo—. Max es todo para ti, ¿verdad?

Checo sonrió ampliamente, sus ojos se iluminaron al pensar en Max.

—Sí, lo es. —respondió con una risita—. Max es mi todo. No sé qué haría sin él. —Eso sí, me costó mucho conquistarlo hasta que por fin se dejó, sigue siendo terco.

Ambos rieron, mientras veían una sombra pasar por la cocina. Carlos abrió los ojos sorprendido y asustado pecando un brinco sobre el sillón.

—¡Checo creo que se metió un mapache! —Carlos exclamó mientras su amigo reía, se dirigió a la cocina y se agacho para tomar a aquel animal que lo había asustado, ahora su rostro era de sorpresa y se sentía estupido. Un hermoso gato de pelaje café claro, si un gato con pelaje café, se le hacía raro, sus ojos eran igual de cafés pero tirando a un color avellana—de donde lo has sacado?

—Lo encontré esta mañana, cuando dormías ¿No es adorable? —preguntó el mexicano extendiendo al bello felino, felino que saltó directo a sus brazos ronroneando y frotándose contra su pecho era lindo.

—sus ojos son iguales…—murmuró el español casi inaudible.

—¿Qué dijiste? —preguntó checo, mientras tomaba al pequeño felino entre sus brazos.

—Nada, no es nada—Carlos se retiró, yendo a su habitación.

Acaso había visto un fantasma? Simplemente vio un pequeño gatito, un gatito con los ojos café más lindos, incluso más que los de él. Eran iguales a los de él, quien con su sola presencia hacía florecer hasta la más marchita flor. Flotaba en sus sentimientos, y en lo mal que se seguía sintiendo por lo que pasó con Jules, lo extrañaba y si así se sentía él no quería ni imaginar cómo se sentía Charles.

𝐁𝐄𝐘𝐎𝐍𝐃 𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐀𝐑𝐃𝐄𝐍 - 𝐁𝐲 𝐀𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬| 𝐂𝐡𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora