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— La señora es muy despistada, casi tanto como tu padre. —Dijo. — ¡Y son idénticos!

Escuchó una leve risa por parte del azabache, quien lo escuchaba atento.

Las vacaciones habían terminado, para ambos fue extraño y los dejó con emociones bastante confusas.

— ¿Y a ti cómo te fue, Novato? —Preguntó cruzándose de brazos en su lugar. — No es que me importe, no me malentiendas, solo quiero saber si no la cagaste. —Sonrió con burla.

— Bien... Supongo.

— ¿Supones?

— Si, bueno, tu casa no es la más acogedora. —Dijo. Brad sabía completamente a qué se refería. Su padre pocas veces estaba en casa, y cuando estaba era como si no, y si se hacía notar era únicamente para dar un regaño.

Y su madre, bueno, es amorosa y demás, pero la situación en su casa sigue siendo tensa.

— Pues tu padre es demasiado encimoso y empalagoso. —Contestó a la defensiva.

En otra ocasión Max se habría molestado a pesar de saber que es cierto, y habría defendido a su padre. Pero ahora, entendía un poco más a Bradley.

Luego de estar en su casa y tener recuerdos que definitivamente no le pertenecen ha echo que tenga un perspectiva diferente a la que antes tenía.

Entendía que es así por la crianza que ha tenido y por sentir la presión de su padre, por estar en constante búsqueda de su aprobación y sin conseguirla nunca.

Es por eso que Brad suele tener ese tipo de comportamientos, solo hace lo que de pequeño le enseñaron que se tenía que hacer, aunque puede que este mal.

Todo eso lo dedujo en una semana, que inteligente, Max.

— Oye. —Hizo una pausa y luego siguió. — ¿No has tenido... algo así como visiones?

— ¡JAJAJA!, Claro que si, Maxie-Poh. —Y rió más, Max ahora se cruzo de brazos y lo miró mal.

— No es gracioso, tonto. —Se encogió más en su lugar, molesto al igual que un niño chiquito. — Oh, claro que lo es. Entonces dime, ¿Dónde está tu osito, Maxie-Poh?, ¿Ya no te da miedo dormir solo en la oscuridad? —Preguntó en son de burla.

— ¿Así vamos a jugar?, bien. —Hizo una pausa, pensando en algo lo suficientemente vergonzoso para el castaño. — ¿Qué hay de la vez que te peleaste con la hermana del que te gustaba porque pensaste que le estaba haciendo buylling?

Silencio.

— Eres- ¡¿Eres gay?! —Preguntó Max con sorpresa una vez que captó. Las mejillas del contrario estaban coloreadas por dicha revelación.

— Pff, qué te importa. —Max lo miró con la ceja alzada. — No lo negaste. —Ahora quien sonreía con burla era él.

— ¿Y a ti qué?, tú tampoco eres el más heterosexual del mundo. —Max lo miró con duda. — ¿Se te olvidó?, aquella vez que besaste a tu compañero de clase.

— ¡Hey, eso no cuenta!, estaba borracho, ¡Y tenía quince años! —Se defendió. — Corrección, estabas por cumplir dieciséis.

— Es lo mismo.

— No lo es.

— Si lo es.

— Que no lo es.

— Que si lo- —La puerta abriéndose interrumpió su pequeña discusión. — Si dices algo, te cortaré las pelotas. —Susurró amenazando a Max, este sonrió divertido.

— Heeey, qué ha-ay —Saludó Bobby llegando con sus mochilas en brazos. — Ya llegué amigo... y Brad. —El mencionado solo hizo un movimiento de cabeza.

— ¿Y PJ?, ¿aún no llega? —El de pelo naranja negó.

PJ había salido con su padre a pezcar como en los viejos tiempos, entonces no pudieron verlo durante las vacaciones. Básicamente, ninguno se vio en toda una semana, únicamente se hablaban por mensaje de texto o llamadas.

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Maldito dólar - Maxley [CONCLUIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora