20

1.5K 194 98
                                    

— Wow, Brad. No tenía idea de que dibujaras así. —Dijo Max.

— ¿Así cómo?

— Así de bien, duhh. —Max tomó las hojas que estaban en su escritorio, era obvio que eran del castaño, pues él a lo mucho y podía hacer unos cuantos garabatos y ni hablar de sus amigos.

Tomó una libreta, la hojeo y observo uno en específico, se trataba de un niño en una habitación completamente vacía. Max quiso dar vuelta para ver mas, pero fue impoisble ya que se la arrebató casi enseguida que la tomo.

— No estés de metiche, Freshman. —Guardó sus otros dibujos en un folder y los dejó cerca de ahí, manteniendo la libreta entre sus manos en un agarre fuerte.

— Oye, pero- —Lo interrumpió.

— Ya sé, no hace falta que digas algo. —Max lo miró confundido, ¿a qué se refiere?, ¡son geniales! Pensó.

— ¿Pero qué dices?, creo que es demasiado cool. —Se sentó en la cama. —Tus dibujos, creo que son geniales.

Y decía la verdad, a Max le gustaba apreciar el arte de las personas y sin duda, Bradley tenía talento en el dibujo también. 

— ¿Tú crees? —Preguntó dudoso y tímido. Eso desconcertó totalmente a Max, e incluso al mismo Brad, pues todo el día había estado extraño, no parecía del todo él y se atrevía a decir que hasta se veía y sentía decaído.

Max se acercó a él cuando lo vio bajar su mirada aún con la libreta en manos, lo tomó del mentón e hizo que lo mirara a los ojos. 

— Por supuesto que si, tienes un gran talento, y en los patines también. —Sonrío, los ojos de Bradley brillaron ante lo dicho, y de manera lenta y tímida le devolvió la sonrisa. Bajo nuevamente la mirada y abrió su libreta, hojeo unas cuantas páginas hasta que llegó al que buscaba.

Más abrió grande los ojos, le costaba creer lo que veía.

— ¿Ese soy...? —No terminó la pregunta, Bradley solo asintió con las mejillas coloreadas. Para el era algo vergonzoso que vieran sus dibujos, y ahora la vergüenza aumentaba si en el dibujo se veía claramente a Max.

— Wow, esto es increíble, se ve tan real yo- —Se cortó a simismo al ver como el castaño arrancaba la hoja. — ¿Qué estás..?

— Ten. —Se lo extendió. — Es tuyo, tómalo. —A Brad le temblaba levemente la mano sin saber porqué, se encontraba sumamente nervioso, eso no le pasaba en mucho tiempo. Tal vez era por la cercania o quiza solo porque era Max, pero al final dedujo que era gracias a que sus dibujos los considera algo muy personal, y regalarle uno a Max era como darle una parte de él.

Y Max no estaba muy diferente, había estado experimentando estos días cosas extrañas, sentía mucho más interés del normal en el contrario desde la visita con la anciana y desde que "hicieron las paces", se preocupaba, procuraba prestarle atención y lo ponía como prioridad algunas veces. Y sabía que el castaño notaba eso, pero ninguno decía nada.

Max sintió una enorme felicidad, sentía que las cosas iban mejorando y de un momento a otro, se lanzóa ély lo abrazócon fuerza, sintiendo las típicas mariposas en el estómago y un hormigueo recorrer su cuerpo. Sentía su rostro caliente y se sentía temblar levemente, pero estaba demasiado feliz.

Lo abrazó más fuerte cuando sintió que el castaño de manera torpe le correspondía.

Había dejado de verse a simismo desde hace rato, solo veía a Brad como era y demás, eso solo hizo que se emocionara más. Sin duda deberían hablar con la anciana nuevamente sobre esto, pero por ahora estaba fenomenal para lo que estaba sucediendo.

A Max le hubiese gustado que durará más, pero no queria incomdar al castaño, y fue suficiente para despertar lo que ya existía dentro de ellos, eso de lo que no querían darse cuenta.

Se separaron sin decir nada, Max le agradeció con un rápido beso en la mejilla, rozando la orilla de sus labios intencionalmente y se despidió, yéndose de ahí lo más rápido que podía, dejando a un Brad peor de confundido y con un mar de emociones dentro de él.

Y el contrario estaba igual, en realidad, ni el mismo sabía porque lo había hecho, pero se había sentido muy bien aunque haya sido apenas un roce. Y eso hacía que se sintiera más hambriento del contacto ajeno.

Y es que, Max no es gay. Según él. Y esto solo fue una muestra de agradecimiento, que no sabe de donde carajos sacó.

Solo una vez en su vida había besado a un hombre y fue por la borrachera, pero jamás cruzó por su mente hacerlo de nuevo y apenas lo recordaba. Además, había estado perdidamente enamorado de Roxanne en la secundaria, eso definitivamente lo hacía hetero, ¿verdad?

¿Entonces por qué Brad le provocaba eso?, era cierto que el castaño le hacia sentir igual a cuando gustaba de Roxanne, pero el mismo se reprimia y negaba con el pensamiento de que únicamente era porque considerba a Brad algo nuevo en su vida.

Estaba tan metido en sus pensamientos que el camino a la fraternidad del castaño le pareció muy rápido. Al llegar, lo recibió Tanque con una cálida sonrisa.

— Hey Babe, ¿cómo estás? —Preguntó, Max solo alzó el pulgar dando a entender que se encontraba bien, pero no convenció del todo al contrario. Aún así, prefirió no insistir más, conocía a su jefe y sabía que si algo le sucedía, se lo contaría si realmente le era necesario.

Subió hasta la habitación donde dormía y se tiró en la cama únicamente mirando la parte de abajo de la cama de arriba. Suspiró, ¿ahora qué?

Se sentía nervioso, tal vez Brad se molestó por más mínimo que eso haya sido. O tal vez no, parece ser de mente abierta después de todo. Trataría de no pensarlo mucho, no debería romperse la cabeza por algo tan pequeño.

Suspiró nuevamente, se acomodó en la cama y metió su mano bajo la almohada, dándose cuenta que había algo debajo de esta. Se acomodó para alzarla y se encontró con un oso de peluche rosa, rió burlón y recordó al suyo propio.

Se acostó de nuevo, abrazando ahora al pequeño osito y finalmente, cayó dormido.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Maldito dólar - Maxley [CONCLUIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora