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Max estaba que se moría de sueño, había pasado toda la noche y madrugada charlando con Tanque, cosa que verdaderamente lo ayudó demasiado, finalmente pudo hablar con alguien sobre lo que ha estado cargando durante todos estos meses y lo hizo reflexionar sobre lo que estaba haciendo.

No podía huir de sus emociones, por más quisiera, siempre van a estar ahí, y al tratar de hacerlo lo único que haría sería lastimar no solo al castaño, sino a simismo también. Pero no lo dimensiono tanto en ese momento.

Tanque resultó ser un chico encantador que sabe escuchar, Max prometió no volver a juzgar a nadie sin antes conocerlo, y entendió porque era el mejor amigo de Bradley.

— Descuida, Novato. Sabrán resolverlo, solo no limites tus propias emociones y sentimientos, honestamente... me esperaba todo esto, pero no sabía cuando estaría dispuesto a aceptarlo, Bradley hablaba de ti cada que tenía oportunidad. —Max suspiró sintiendo un leve sonrojo en su rostro, luego sonrió amable.

— Gracias, Tanque, necesitaba hablar de esto con alguien...

— No hay de qué, cuando quieras. —Era extrañamente amable y comprensivo, pero Max no quiso pensarlo mucho, ya tenía bastante en la cabeza.

Quiso seguir hablando con él y decirle muchas más cosas que tenía guardadas pero decidió mejor dejar descansar al mayor. 

Tal vez podría hablar con sus amigos, o podría guardarselo, sabía que ellos no lo iban a juzgar, lo apoyarían aún así si Bradley no les agrada, y lo respetarian por el simple hecho de ser decisión de Max, pero el miedo persistía en él, esa jodida mierda lo tenía atado a una silla, la inseguridad de sentirse así consigo mismo, se sentía sucio porque comenzaba a desarrollar sentimientos hacía un hombre.

Su padre no es alguien homofobico en absoluto, y no sabía con exactitud entonces de dónde venían esos pensamientos, tal vez era por los prejuicios de la gente. Él sabe que Goofy le daría su apoyo incondicional (como siempre ha hecho) si el decide hablar, pero nuevamente, esa espina de sentir que estaba mal volvía a hacerlo sentir una presión en el pecho.

Tenía que finalizar con ese hechizo de una vez, y mañana a primera hora iría con los chicos para ir con la anciana otra vez, necesita saber más, y no se va a ir de ahí hasta que lo consiga.







(...)





Era un nuevo día y tal y como lo pensó la noche pasada, fue directo a la habitación de los chicos sin importarle si tenían clases ese día o no.

— ¿Por qué tenemos que pararnos tan temprano? —Preguntó en reproche y con desgana Bobby.

— Por que fueron ustedes los que nos metieron en todo este maldito lío y ahora tienen que ayudar a deshacerlo, par de cabezas huecas. —Dijo con molestia en su voz y movimientos mientras subía a la van de PJ. Tenía mucho por decirles, en serio, mucho, pero no quería arruinar las cosas con ellos.

— El bebé amaneció de malas. —Dijo Bradley subiendo a un lado de Max. Usualmente era Max el copiloto, pero esta vez PJ quiso ir adelante.

— No molestes. —Se cruzó de brazos y se arrincono más mirando la ventana sintiendo como el vehículo comenzaba a avanzar, el castaño solo bufó sintiéndose ligeramente mal por el trato del azabache, pero no había motivo por el cual sentirse así, según él, pues solo eran... ni si quiera llegaban a amigos, ¿verdad?

— Viejo, relajate, seguro ya esta por romperse, parece que se llevan... demasiado bien. —Hizo énfasis en "demasiado", recordandole a los presentes el suceso del brownie y los dos de adelante rieron, Max, harto de todo le dio un golpe fuerte en la cabeza a su amigo. — ¡Auuch!, ¡Pero es verdad!, ¿o no?

Maldito dólar - Maxley [CONCLUIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora