Epílogo

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Desperté con un punzante dolor de cabeza, el sol se asomaba por entre las cortinas de mi dormitorio, el cual se encontraba totalmente vacío

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Desperté con un punzante dolor de cabeza, el sol se asomaba por entre las cortinas de mi dormitorio, el cual se encontraba totalmente vacío.

Tallé mis ojos para quitarme lo adormilado, me estiré y en el proceso algunos huesos tronaron. Bostecé, había tenido un sueño bastante loco, aunque se había sentido bastante real.

Me pare hasta el baño y me vi al espejo, unas grandes ojeras colgaban debajo de mis ojos pero me relajaba saber que estaba por graduarme de la universidad; no más tarea, no más clases. Mojé mi cara, no tenía idea de que día era hoy pero seguro no era importante.

Regresé hasta la cama y tome mi teléfono, lo encendí, pues lo apago siempre para dormir. En cuando mi teléfono prendió comenzaron a llegarme un montón de mensajes felicitándome y demás… ¿felicitándome por qué?

Una llamada entró.

Max, ¿ya estas listo? —era P.J.

— Uhm, ¿listo para qué? —pregunté sin entender todavía.

¡Max, hoy es la graduación!,  no me digas que lo olvidaste, viejo, es el día más importante de todo el año.

— ¿Olvidarlo?, pff, no…—rasqué mi nuca— pero, solo para confirmar, ¿a qué hora era?

Empieza en veinte minutos, Max —me puse rápido de pie.

— Ah, claro ya… ya sabía, estoy saliendo..

Nunca cambias —escuché su risa del otro lado de la linea—. Apresúrate, Bradley ya llegó.

Colgó la llamada.

¿Bradley…?, ¡por Dios, Bradley!, lo había olvidado totalmente. Me apresuré a vestirme y a peinarme, me puse el perfume que mi castaño me regaló hace un par de meses, la última vez que nos vimos. Salí totalmente emocionado y con el corazón acelerado.

No lo había visto desde hace mucho tiempo, pues él se graduó antes que yo y comenzó a trabajar, por lo que ya no tenía el mismo tiempo de antes, pero todos los días me llamaba y se aseguraba de hacerme sentir querido y apreciado, y en ocasiones salíamos a patinar todavía, cuando tenía tiempo libre, será algo que conservaremos por siempre.

Cuando llegué mis amigos estaban afuera esperándome, y ahí estaba Bradley, con un traje negro ajustado a su medida, tan jodidamente caliente como siempre.

Me apresuré a llegar a su lado y me lancé a él abrazándolo por el cuello, llené su cara de besos como solía hacer siempre y finalicé en su nariz.

— Te extrañé demasiado —besé ahora sus labios.

— Yo igual, lindo  —me sonrió.

— Me encanta como te ves con traje, te ves demasiado deseable, ¿sabias? —dije sincero con una sonrisa coqueta en mi rostro, el sonrió igual.

— Ujum, si, hola a ti también Max, estoy bien, gracias por preguntar —Interrumpió Bobby de forma sarcástica, me separé de mi novio apenado.

— Lo siento, lo siento —mis dos amigos negaron divertidos y luego entramos juntos a la ceremonia.

Fue bastante tedioso, las personas daban discursos exageradamente largos y yo no podía contra el sueño, era Brad quien se encargaba de mantenerme despierto.

El momento de entregar los documentos llegó, y con mi túnica negra puesta pasé a recogerlos frente a todos. Me tomaron una foto y ya, cuando bajé los pequeños escalones del escenario donde estaba vi a mi padre con Silvia bastante alegre.

— ¡Maxie! —llamó, me acerqué hasta él para escuchar sus felicitaciones y las de Silvia, me sentía sumamente feliz, después llegaron mis amigos, Pedro, la madre de Bobby y Bradley.

— Felicidades, novato —me tomó de la cintura y plantó un corto beso en mis labios.

— Oh, vamos, ya no soy un novato, Brad —ladeé mi cabeza, ligeramente fastidiado.

— Para mi lo serás siempre —rio, yo rodé los ojos.

— Haré que te retractes —me acerqué más a él, creando una nueva tensión entre nosotros.

— ¿Si?, quiero ver… —sonreí coqueto y lo tomé de la muñeca guiándonos hasta los baños del lugar, lo haría tragarse sus palabras.

Me sentía satisfecho con esto que teníamos, y aunque teníamos problemas todavía, como cualquier pareja, sabíamos solucionarlo con calma y asertividad. Bradley habló con su padre respecto a nosotros tiempo después de nuestra reconciliación, y aunque no lo tomó para nada bien al principio, finalmente desistió al ver a mi castaño tan decidido y firme en su decisión.

Yo me convertí en abogado, descubrí mi pasión por las leyes después de un tiempo y cambie de carrera, P.J. ahora es doctor y Bobby ingeniero en sistemas, Bradley, por otra parte, estudió la carrera de contabilidad para ayudar en el negocio familiar.

Antes de entrar al baño escuchamos voces discutiendo, se trataban de una chica y un chico de primer año.

— ¡Ese maldito dólar será mío, quítate!

— ¡Te voy a ganar, niñita!

Ambos se empujaban tratando de tomar el pedazo de papel, Bradley y yo nos miramos preocupados sabiendo lo que vendría para ellos. Alzamos nuestros hombros al final, ellos sabrán solucionarlo, después de todo, resultó bastante bien para nosotros, o algo así.

 Alzamos nuestros hombros al final, ellos sabrán solucionarlo, después de todo, resultó bastante bien para nosotros, o algo así

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Maldito dólar - Maxley [CONCLUIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora