Capítulo 47 ~ Un paseo para conocerse

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Riftan sonrió juguetonamente.

— ¿"Rem" porque es blanca? Veo que a mi esposa le falta imaginación.

— Ti-tiene un bo-bonito sonido — Maxi no mencionó que la inspiración del nombre provino de la orden de caballeros bajo su mando.

En ese momento, un mozo de cuadra vino a ensillar los caballos y Riftan la ayudó a montar. Aún no acostumbrada a montar a caballo, su cuerpo se puso rígido por reflejo. Agarró las riendas con nerviosismo. Riftan, por otro lado, parecía perfectamente cómodo con Talon.

Riftan se quedó mirando su postura incómoda.

— No estás acostumbrada a montar, ¿verdad?

Maxi asintió, avergonzada.

— Nu-nunca dejé el castillo de Croyso. No tu-tuve muchas po-posibilidades de montar.

— Lo sé. Escuché los rumores. Se decía que la hija mayor del duque de Croyso evitaba el mundo exterior debido a su carácter delicado.

Algo en su voz puso nerviosa a Maxi.

— Yo no sa-sabía que así era co-como la pe-personas me percibía.

— El duque de Croyso es uno de los hombres más poderosos del continente occidental. Es natural que la gente se interese por su hija. Y a diferencia de tu hermana, tú nunca hiciste ninguna aparición pública, lo que sólo sirvió para inflar su curiosidad. Conozco a un caballero que se coló en el castillo de Croyso sólo para verte.

Maxi evitó su mirada. Ella no había sido enteramente consciente de tal curiosidad. ¿Cómo se la había imaginado Riftan después de escuchar esos rumores? ¿Había imaginado a una mujer frágil, delicada como una flor? Sabía que no había nada elegante en su figura baja y delgada. De corazón tierno y fácil de asustar, también sabía que esos rasgos no conseguían hacerla atractiva.

— De-debe haberse se-sentido de-decepcionado— dijo Maxi alegremente, tratando de enmascarar sus dudas.

— ¿Cómo es eso? — Riftan se volvió para mirarla confundido.

— Pa-pasó por todos esos pr-problemas sólo para ver a una mu-mujer de apariencia o-ordinaria.

Maxi apretó con más fuerza las riendas mientras intentaba fingir indiferencia. Llamar su apariencia ordinaria era generoso, pero no quería ir tan lejos como para admitirlo ante Riftan. Sus orejas se pusieron rojas.

Riftan redujo la velocidad para acompañarla mientras se dirigían hacia la puerta trasera.

— Tengo que estar en desacuerdo. Te encuentro encantadora.

Maxi sonrió torpemente, seguro de que sólo estaba siendo educado.

— Gr-gracias.

Riftan la miro serio.

— No es mi costumbre decir cosas que no quiero decir. Si no te encontrara atractiva, no me pondrías frenético cuando estamos solos. ¿O lo habías olvidado porque ayer tuvimos una noche tranquila?

Todo el cuerpo de Maxi se sonrojó de vergüenza. Sin palabras, abrió y cerró la boca repetidamente. Riftan se acercó más y le tomó la barbilla con la mano. Su corazón comenzó a latir con fuerza cuando vio el deseo en sus ojos.

— Quizás montar fue una sugerencia tonta. ¿Volvemos?

Maxi negó con la cabeza y Riftan enderezó la espalda con una expresión inescrutable. No sabía si él estaba sonriendo o estaba molesto.

— Entonces apurémonos. No queremos que el sol se ponga antes de que hayamos abandonado el castillo.

Maxi lo siguió, tratando de calmar su corazón acelerado.

Debajo del roble ~ Libro 02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora