Capítulo 56 ~ ¿Por qué no aprender magia?

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Ruth tomó el libro que estaba encima de la pila y arqueó una ceja.

Maxi, insegura de sí misma, murmuró una respuesta.

— Lo que pa-pasó hace unos días po-podría volver a su-suceder, así que pensé en pr-prepararme...

Maxi esperó la reacción de Ruth, segura de que se burlaría de ella. Pero para su sorpresa, en su rostro se dibujó una brillante sonrisa.

— Un esfuerzo loable — sonaba como si estuviera felicitando a un niño pequeño — ¿Empezó a estudiar ayer? Déjeme ver.

Se acercó para sentarse en el asiento frente a ella y, antes de que ella pudiera dar su consentimiento, tomó el montón de pergamino en sus manos. Maxi lo fulminó con la mirada. Se juró a sí misma que algún día lo castigaría por tocar las posesiones de una dama sin su permiso.

— ¿Sabe leer y escribir la lengua antigua?

Ruth pareció sorprendida.

— Lo a-aprendí cuando era jo-joven.

En los años previos a que Rosetta creciera y se convirtiera en una joven impecable, el duque de Croyso había sometido a Maxi a una instrucción rigurosa en un intento desesperado por solucionar su impedimento. Pero Maxi había mostrado pocas mejoras y la inteligencia de Rosetta pronto se hizo evidente. Sólo entonces Maxi se liberó de la terrible experiencia de recitar poesía frente a su altivo tutor y padre una vez al mes.

Maxi memorizó esos poemas quedándose despierta toda la noche, pero nunca le habían permitido terminar de recitar ninguno de ellos. La vara de su padre siempre caía antes de que ella pudiera terminar el primer verso. Palideciendo ante el terrible recuerdo, Maxi rápidamente miró hacia abajo para ocultar su rostro.

— A-aunque no ha-hablo con fl-fluidez...

— Por lo que escribes, diría que eres bastante competente.

— Si-siempre me ha gustado leer, así que pu-puedo leer y escribir, pero hay mu-muchas palabras con las que no estoy fa-familiarizada.

Ruth permaneció en silencio durante un largo rato.

Inquieta por el silencio, Maxi movió los ojos nerviosamente.

— ¿Por qué no aprender magia? — preguntó bruscamente Ruth tras examinar los trozos de pergamino.

Maxi parpadeó, sin comprender. Ruth se levantó de su asiento, entusiasmado por su propia sugerencia.

— ¿Por qué dedicar tiempo a aprender medicina cuando puedes aprender magia? ¡Si fueras capaz de hacer magia curativa, ayudarías a aliviar enormemente mi carga!

Maxi enarcó las cejas. Parecía no hacer ningún esfuerzo por ocultar el hecho de que su sugerencia era únicamente para su beneficio.

— ¿No di-dijiste que la magia es la fo-forma más e-elevada de aprendizaje y que requiere cá-cálculos complejos? No soy a-apta para ello.

— La magia avanzada requiere años de investigación y práctica, pero la magia básica es diferente. Si uno tiene afinidad por el maná, unos pocos años de estudio deberían ser suficientes para dominar los hechizos básicos.

— ¿Qu-qué es la magia básica?

— Se refiere a toda la magia no elemental. La magia curativa simple, la levitación y otros hechizos menores entran en esa categoría.

Ruth habló como si estos hechizos no fueran más complejos que la suma y la resta. Maxi le dedicó una tímida sonrisa.

— Me gu-gustaría aprender, pero como me-mencionaste, requiere años de tr-trabajo. ¿No se-sería más rápido estudiar artes cu-curativas...?

Debajo del roble ~ Libro 02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora