ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 33

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El sonido de la campanita se escuchó en cuanto ambos pasaron por la puerta de aquel local.

Alastor miro con nostalgia el lugar, parecía seguir tal cual como lo recordaba, a diferencia de quien lo atendía.

Lucifer admiraba la pequeña naturaleza a su alrededor, definitivamente era muy diferente a la que había en el infierno.

Si bien él estuvo siempre en los inicios de la creación, también había pasado ya mucho tiempo desde que vió las bellezas del mundo terrenal, pues dicho privilegio se le había arrebatado en cuanto dejó de ser un serafin.

Miro un pequeño arbusto de peonias rosas, estás flores venían acompañadas con tres lotos azules en el centro, eso lo hizo soltar la mano de Alastor, quedando casi cautivado por lo que veía.

Lucifer rozo sus dedos delicadamente entre los pétalos, sonriendo ligeramente al sentir la suavidad de estos mismos. Él recordaba que antes nunca había visto las flores con significados, más bien, nunca se tomó aquel tiempo y libertad de admirarlas o tomarles algún afecto sentimental ligado a estás.

Pero desde que Alastor había llegado a su vida, cada pequeña flor que él le obsequiaba, le hacía sentir muchas emociones que no podía describir, pero que decían mucho más que mil palabras. Y era bonito, que a lo que antes solo veía como simples objetos, terminarán siendo cosas completamente importantes para él.

-Sean bienvenidos jóvenes ¿En qué puedo ayudarles?

-Muy buenas tardes, quisiera pedir un arreglo sorpresa para él. -Dice mirando a Lucifer quien seguía aún distraído mirando las demás flores- ¿Tendrá alguna hoja en donde pueda anotar?

-Claro que si. -El señor busca entre sus cajones y al encontrar una pequeña libreta junto a un lapicero se lo entrega-

Alastor comienza a escribir, pensando con cautela lo que pediría, siguiendo a detalle lo que su madre en algún momento le había pedido.

-Estas cumpliendo tu promesa de una pésima manera.

El overlord apretó ligeramente el objeto en su mano, pero en ningún momento dejando de escribir, tan solo ignoro dicho comentario de su sombra.

Después de haber terminado, finalmente le devolvió la libreta al señor, quien leyó en silencio y asintio.

-En un momento se lo traigo caballero.

Después de que esté se retirará, Lucifer se acercó a Alastor.

-¿Que pediste?

-Es una sorpresa mi Luci, recuerda que las sorpresas..

-No se dicen, lo sé. -Responde abrazándolo- No debes repetirme eso todo el tiempo, venadito.

-Es que a veces mi rey es alguien desesperado.

-Lo soy, pero de tantas veces que me repites lo de las sorpresas, simplemente ya lo tengo grabado en el cerebro.

-¿Tenías? -Pregunto fingiendo sorpresa, cosa que lo hizo recibir un ligero golpe en su cabeza-

-Ey, más respeto para tu novio.

-Oh si, los ancianitos ya no aguantan las bromas.

-¡Soy joven! Tengo.. millones de años, pero lo soy, hasta el señor nos dijo jóvenes.

-Para mi, eres un abuelo.

Lucifer le miró con él ceño fruncido al mismo tiempo que cruzaba sus brazos.

-Y tu.. tu eres un.. uhm..

-¿Sin argumentos alteza?

-Jodete.

𝑺𝒘𝒆𝒆𝒕 𝑳𝒊𝒆 || ʀᴀᴅɪᴏᴀᴘᴘʟᴇ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora