𝑺𝒘𝒆𝒆𝒕 𝑳𝒊𝒆 || ʀᴀᴅɪᴏᴀᴘᴘʟᴇ ||

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 6

De un momento a otro, ambos ya hacían dentro de la habitación de Lucifer.

-Bueno majestad, muchas gracias por haberme regalado su tiempo. -Dijo haciendo una pequeña reverencia, a lo que Lucifer desvió su mirada-

-Gracias a ti por haberme invitado.

-Antes de poder retirarme, quiero darle un pequeño obsequio. -Alastor chasqueo dos de sus dedos, haciendo aparecer un pequeño peluche de patito, acompañado de unos chocolates con la misma forma- Esto es para usted. -Dijo entregándole el regalo-

Lucifer lo recibió admirando ambas cosas, tanto que sus ojos mostraron un pequeño brillo peculiar.

-Yo.. no sé cómo agradecerte el detalle Alastor, esto es muy bonito. -Dijo casi sin palabras-

-No es necesario que me agradezca, suficiente tengo al saber que le ha gustado.. Buenas noches alteza. -Dijo finalmente desapareciendo del lugar-

Al estar solo, Lucifer desvaneció su sonrisa de inmediato, observó el pequeño peluche y se acercó a su cama acomodando y dejando los chocolates a un lado del buró.

Suspiro mirando hacia el techo ¿Por qué esto le recordaba tanto a ella?

Se sentía mal más que nada por el hecho de recordarla justamente durante la cita, no era justo.

Pero era inevitable el dolor.

A pesar de los tantos pensamientos que tenía en estos momentos, no podía evitar sentirse ilusionado por todo lo que había pasado durante la tarde.

Se colocó su pijama y se acostó, dejó a un lado el patito que mayormente abrazaba y en vez de eso, tomó al nuevo que Alastor le había obsequiado.

Olía a manzana.

Sonrió al oler el aroma y lo apretó aún más hacia él, qué bonito era volver a sentirse así.

Mientras tanto por el lado de Alastor, este se encontraba bastante feliz, a decir verdad, todo estaba encajando.

Si esto seguía funcionando, sus posibilidades de subir al trono serían aún más altas.

Esto tendría que hablarlo con Rosie, por qué si, ella era la que siempre lo escuchaba y la dama en la que más confiaba.

La semana había transcurrido de una manera diferente, todos los presentes en el hotel habían notado los cambios drásticos en el trato del soberano y el demonio radio.

Si bien, para todos esto era de extrañarse, para Charlie esto era algo bueno y un logro, por fin no habían tantos problemas, ni discusiones, todo estaba en más armonía.

Tenía un problema menos, pero había uno aún mayor, el día de la reunión se estaba acercando y a pesar de tener todo listo y en orden, no podía evitar el sentir que esto sería nuevamente una pérdida de tiempo.

Pero tal y como había mencionado su padre, un último intento no podía ser tan malo.

¿Verdad?

•••

Lucifer se encontraba vistiéndose para poder asistir nuevamente al cielo, a esa reunión.

Todo tenía que salir bien, fue una promesa que le había hecho a su hija.

No prometas cosas que no sabes si se cumplirán.

Esa era la frase que tenía en su mente y la cual no lo dejaba tan tranquilo.

En cuanto terminó de vestirse, bajó con los demás, quienes estaban hablando de temas comunes.

-Angie por qué no salimos a divertirnos un rato, lo necesitas. -Dijo Cherry animada-