𝑺𝒘𝒆𝒆𝒕 𝑳𝒊𝒆 || ʀᴀᴅɪᴏᴀᴘᴘʟᴇ ||

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 1

La vida en el Hotel era tranquila.

Lucifer no era de salir demasiado de su habitación, su rutina era siempre estar en su pequeña oficina.

Si bien, salía de vez en cuando a convivir en las pequeñas actividades que Charlie realizaba para los pecadores, pero solo eso, pequeñas salidas.

Su entretenimiento era crear pequeños patitos de goma, o cualquier cosa referente a los patos.

Lucifer se encontraba durmiendo abrazando un pequeño peluche con forma de patito, no fue hasta que su sueño se oyó interrumpido por el ruido de la puerta al ser tocada.

Abrió sus ojos lentamente y miró la puerta, soltó un suspiro y se levantó tratando de reaccionar.

-Un momento -Dijo colocando su bata, antes de abrir la puerta acomodo un poco su cabello- Buenos días Manzanita -Saludo sonriendo aún adormilado-

-Hola papá, disculpa por arruinar tu sueño.

-No hay problema, ya era hora de levantarse, pero dime ¿Necesitas algo?

-Venia a avisarte que ya está el desayuno para todos, hoy comeremos todos juntos, es una actividad que quería realizar desde hace tiempo -Dice emocionada- Y quisiera que estés presente.

-Oh por supuesto, solo dame un momento para vestirme.

-¡Claro! Te esperamos abajo, apenas están sirviendo todo. -Se despidió y se fue casi dando saltitos de emoción-

Lucifer cerró la puerta y soltó un suspiro, realmente no tenía ganas de salir el día de hoy, pero la felicidad de su hija era más importante.

Unos pocos minutos pasaron y bajó al gran comedor, encontrándo a la mayoría ya sentados en la mesa.

-Buenos días a todos. -saludo mientras se sentaba en una de las sillas y todos le regresaron de igual manera el saludo-

Charlie se levantó un momento de su asiento golpeando levemente su copa para llamar la atención de todos los presentes.

-Bueno.. Primero que nada, muy buenos días a todos, se que está actividad nunca la habíamos realizado, pero a partir de ahora, ¡la estaremos haciendo todas las mañanas!

Lucifer al escuchar eso hizo un pequeño gesto de inconformidad, lo cual no fue visto por nadie, bueno, solo por uno.

-Esto será con el fin de convivir entre todos, platicar y charlar de manera de que todos agarremos confianza, provecho. -Dice finalmente tomando asiento a lado de su novia Vaggie quien le da un beso en forma de felicitación-

Lucifer veía la escena con una sonrisa, sin embargo está se desvaneció al tener recuerdos no muy favorables, por lo que solo desvió la mirada y comenzó a comer su desayuno.

Y así como había dicho la princesa, todos comenzaron a hacer pequeñas pláticas, hablaron de diversos temas triviales.

Lucifer solo se limitaba a escucharlos y dar sus opiniones cuando se lo pidieran, sin embargo, sentía la mirada de uno de los presentes, de ese demonio.

Al terminar, todos ayudaron a limpiar la mesa y se retiraron a hacer sus cosas personales o simplemente a ir a sus habitaciones.

El soberano avanzaba por un pequeño pasillo solitario que lo guiaba hacia su habitación, mayormente nadie pasaba por el lugar.

Estaba apunto de llegar cuando una sombra se hizo ver al frente de él, y segundos después, a un demonio sonriente.

-Mierda Alastor, deja de ser tan escurridizo -Dice molesto, pues siempre que el overlord aparecía de manera repentina le sacaba unos buenos sustos-