ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 31

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Una semana había pasado desde aquel día, Lucifer había estado últimamente ocupado por las múltiples reuniones a las que era convocado en el cielo.

Gracias a esto, la pareja no se pudo dar mucho su tiempo de estar juntos, pues el único momento en el que por fin se reunían era durante la noche, aún que lo único que querían a esas horas era descansar, por lo que simplemente pasaban a darse un "te amo" y "buenas noches"

Obviamente, dormian juntos y al día siguiente la rutina se repetía, no se saludaban en las mañanas, pues siempre uno u otro que se levantaba mas temprano y se iba a prisas de la habitación.

Alastor mayormente se disponía en el tiempo de buscar soluciones para deshacerse del problema sobre el anillo, con ayuda de alguien a quien siempre iba a visitar. Un demonio que casualmente también había sido participe de la creación del anillo, al menos solo en dar los libros necesarios donde los hechizos venían redactados y que solo él podía leer.

-Quitar el anillo no es fácil Alastor, podemos crear uno nuevo, pero el que ya tiene puesto es imposible que se pueda retirar, pues una vez activada la maldición ya no se puede hacer nada.

-¿Que no se supone que el dueño es quien puede quitarlo?

-Si el hechizo se hacía bien, las reglas escritas se cumplirían.. pero sabes que dicho anillo está demasiado dañado.

-¿Que es lo que puede suceder si se quita a la fuerza?

Un pequeño silencio inundó el lugar, cosa que desespero al overlord.

-...La sangre de quién lo posee se convierte en veneno, lo mata por dentro tan lentamente, primero su salud hasta llegar finalmente a una muerte demasiado dolorosa. -Responde el demonio buscando en su estante de libros- Alastor, esas líneas eran el comienzo, sabes que quitando el anillo o no, sería lo mismo si el soberano por fin duda completamente de ti.

-Debo encontrar la forma de destruir esa joya, si Lucifer termina muriendo, todo el plan se va al carajo, sabes que sus poderes irán dirigidos a la princesa.

-Lo sé y trataré de buscar.. recuerdo que había una solución, pero no estoy muy seguro. En cuanto la tenga, te llamaré. -Alastor asintió levantandose de la mesa para dirigirse a la salida, más se detuvo al escuchar nuevamente la voz del demonio- Solo debo decirte Alastor, que si piensas hacer alguna otra cosa nueva, ve las consecuencias, este problema del anillo fue por tus impulsos y aún sabiendo que estaba dañado decidiste usarlo en vez de crear uno nuevo que hiciera las funciones que querías.

-Lo tendré en cuenta.

Por otro lado con Lucifer las cosas no parecían ir del todo bien, en cada reunión que asistía, las malas noticias lo seguían. Sin embargo, trataba de mantener su mente despejada y solo enfocarse en los problemas primordiales que solo se tratarán del cielo y el infierno, que era el motivo de sus asistencias allá.

Finalmente había llegado el fin de semana, dónde por fin ambos pudieron tomarse el tiempo de descansar.

Bueno, al menos un poco, pues durante la mañana Alastor se encontraba ayudando a Charlie en algunos planes que haría a futuro en el hotel o simplemente hablando de lo que ya sucedido con los redimidos.

-Muy bien.. creo está todo en perfectas condiciones, solo deberé acompañar a mi papá la siguiente semana a la reunión para firmar nuevamente ese contrato con el cielo.

-Crei que ya habías firmado la vez pasada querida.

-No, solo fuimos a ver los nuevos términos del cielo, debía ir por qué pues el ser princesa del infierno y heredera al trono en un futuro, pues debo tener conocimiento de eso, aún que la verdad.. todo eso es un asco. -Alastor solo asintio bebiendo su cafe- Por cierto ¿Recuerdas a Zeiran y Desmond?

𝑺𝒘𝒆𝒆𝒕 𝑳𝒊𝒆 || ʀᴀᴅɪᴏᴀᴘᴘʟᴇ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora