𝑺𝒘𝒆𝒆𝒕 𝑳𝒊𝒆 || ʀᴀᴅɪᴏᴀᴘᴘʟᴇ ||

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 23

Todos se quedaron estáticos al ver a la mujer que tenían enfrente.

Para el soberano, el tiempo se detuvo mientras sus miradas se cruzaban.

El asombro inundó los ojos de Lucifer, como si no pudiera creer que ella estuviera allí, de pie frente a él después de tantos años.

¿De verdad era ella?

Su corazón latia desbocado, la tristeza
se hizo sentir, tanto que sentía una muy horrible presión en su pecho recordándole todas aquellas noches en vela, esas en dónde había llorado a mares hasta quedarse dormido, preguntándose dónde estaba Lilith, por qué lo había dejado sin una palabra, pero ahora, aquí estaba ella.

La felicidad y la tristeza eran las emociones que tenía en estos momentos, por una parte, quería correr hacia ella, abrazarla y nunca soltarla, pero también estaba en la negación de su corazón.

Por qué ese amor que alguna vez le tuvo ya no le pertenecía.

Sus emociones y pensamientos estaban en debate, su mente y corazón.

Ella lucía.. igual de hermosa que cuando se fue.

Su cabello rubio caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus ojos, esos ojos que lo miraban con amor, Lucifer sintió que el tiempo se detenía mientras la veía.

Charlie llevo su mano hacia su boca no sabiendo como reaccionar.

-¿Lilith..?

La chica sonrió con aquella dulce sonrisa y Lucifer sintió que el mundo se tambaleaba. Lilith parecía solo mostrar alegría, no tenia ni una pizca de tristeza ni negación.

¿Cómo podía sonreírle después de todo lo que había pasado?

-Mi Lucifer.. Mi Charlie, mis dos amores.

Lucifer sintió un escalofrío recorrer su espalda en cuanto escucho su voz.

Alastor por otro lado tampoco podía creer que esa mujer estuviera aquí.

¿Que carajos hacia ella aquí?

Lilith se acercó a pasos lentos hacia Lucifer quien sentía las lágrimas acumulandose entre sus ojos cuando ella tomo con delicadeza su rostro.

-He vuelto cariño..

Lucifer cerró sus ojos sintiéndo la calidez de aquellas manos acariciando sus mejillas.

Era inevitable el no sentir dolor, la había extrañado, su mente no podía soltarla.

Pedía con todas sus fuerzas que nada de esto fuera de aquellos sueños deprimentes que lo atormentaban en sus noches.

-Quita tus manos de mi papá.

Lilith borro lentamente su sonrisa, miro sorprendida a Charlie quien se acercaba hacia ellos apartandola de su esposo.

-Mi princesa..-

-No me llames así.

Todos los presentes miraron asombrados la hosca actitud de Charlie.

Lucifer por un momento creyó desconocer a su propia hija, esa actitud no era ni creía que sería posible ver en ella.

No solo Lucifer pensaba eso, todos los que estaban ahí no esperaban tal reacción, creían que sería la misma que tenía su padre.

-Charlie..

-Si crees que puedes volver aqui nuevamente con mi padre, actuando como si nada hubiera pasado, estás muy equivocada Lilith.