Capítulo 1

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-¿No deberías estar empacando justo ahora? -preguntó Edward, posicionándose al lado de Aster, que se encontraba acostada en el sofá.

-Aún faltan unas horas, no debería precipitarme -respondió Aster con los ojos cerrados, tratando de concentrarse mentalmente en una nueva melodía que había aprendido recientemente a tocar en el piano.

-Adoro tus niveles de relajación y paciencia, mi pequeña flor -dijo nuevamente el abuelo de Aster-. Pero deberías ir a empacar antes de que tu padre baje a regañarte.

Aster abrió los ojos, mostrando una pequeña mueca que reflejaba su mal humor al tener que hacer sus deberes.

-Tata Eddie, no es justo que yo, siendo humana, deba hacer mis maletas -se quejó la adolescente, mientras se sentaba correctamente en el sofá.

Edward levantó una ceja y una sonrisa divertida se plasmó en su rostro, tomando asiento junto a su pequeña adoración.

-¿Por qué no sería justo, florecita? -preguntó el vampiro, leyendo claramente sus razones en la mente de la trihíbrida.

-Porque ustedes tienen velocidad sobrehumana y pueden hacer sus deberes en segundos, pero yo, con la velocidad de una tortuga, debo hacer lo mismo, pero tardando horas en completarlo -explicó Aster con voz quejosa.

-Eso solo demuestra lo lenta y quejumbrosa que eres, Kaz -interrumpió la conversación el más pequeño de los Black-. No entiendo por qué no solo vas y lo haces.

-¿Tú ya empacaste, Noah? -preguntó Bella, apareciendo en la sala principal junto a su hija y madre de Aster y Noah, Renesmee.

-Lo hice, nona -respondió Noah con entusiasmo, llamando a su abuela con el apodo que su hermano mayor le había dado.

Bella solo le sonrió a su nieto y, mientras iniciaba una conversación con Noah y su esposo Edward, Renesmee observaba a su hija, quien había comenzado a mover los dedos con evidente nerviosismo. Renesmee y Aster compartieron una mirada y, haciendo justo lo que su abuelo quería que hiciera hace unos minutos, Aster se levantó del sofá y caminó en dirección a su habitación, siendo seguida por su madre.

Cuando Aster tomó una maleta y la dejó en su cama, su madre se acercó, tomándola de la mano. Deteniendo sus acciones y mirándola, Renesmee compartió algo con su don. Aster solo soltó un suspiro y le sonrió con sinceridad, viendo a los ojos a su madre.

-Estoy bien, ma, es solo que no sé si realmente me gustaría mudarme.

-Sé que tú y tus hermanos han crecido y vivido toda su vida aquí, junto a nuestra familia -comenzó a hablar Renesmee, aún sin soltar su mano-. Pero verás cómo Forks les encantará, al igual que a mí cuando viví allí.

Renesmee le sonrió a su hija, tratando de compartir, aunque sea un poco de su tranquilidad. Aster sonrió un poco y, realmente necesitándolo, se acercó a su madre para abrazarla. Renesmee aceptó gustosa el abrazo, pero se tensó cuando escuchó claramente la conversación que estaban teniendo abajo. Aster se separó de su madre, viendo la preocupación en su rostro, y antes de poder preguntar qué ocurría, su pequeño hermano, Noah, se asomó en la habitación con la misma expresión que su madre.

-Mamá, Kaz, el abuelo Carlisle quiere que bajen -habló con rapidez Noah, reflejando el miedo en sus ojos.

Renesmee se levantó y, tomando la mano de su hija, caminó rápidamente hacia donde se encontraba toda la familia reunida.

-¿Qué es lo que está sucediendo? -preguntó una desconcertada Aster, viendo a todos reunidos, incluidos sus tíos, que solo compartían miradas extrañas entre ellos.

Jacob Black se acercó a su hija, dándole un rápido beso en la mejilla, antes de acercarse a su impronta y sujetarla con fuerza de la cintura, demostrando el instinto protector del lobo.

Seductora Oscuridad | Cauis VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora