Capítulo 15

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Al día siguiente, Aster se encontraba de muy buen humor. Su carta finalmente había sido respondida, y ¡qué respuesta! Caius la había llamado "Querida Aster". Tal vez era una mera formalidad para iniciar su carta, pero Aster estaba eufórica al imaginarlo llamándola así en persona, o mejor aún, con un apodo aún más lindo. Lo único que ocupaba su mente era: ¿Caius sería alguien romántico que en algún momento la llamara con apodos cursis?

-Vaya, si sigues sonriendo así, creeré que te gusto -dijo Demetri con una sonrisa ladina.

-Iugh, no, ni en tus mejores sueños -respondió Aster con disgusto, viendo a lo lejos cómo entraban al salón Alec y Jane.

-Deberías ir a hablar con ellos -dijo Demetri en voz baja, pero ambos sabían que los hermanos habían escuchado-. Alec cree que lo cambiaste.

-¿Contigo? -preguntó Aster, mirando al vampiro de pies a cabeza-. De verdad, eso no pasará.

-Pues eso deberías decírselo a él -dijo el vampiro con una sonrisa.

-Estoy segura de que ya lo escuchó -dijo Aster, volviendo la mirada hacia los gemelos y viendo cómo ambos miraban en su dirección, Alec con una mueca graciosa en el rostro.

Aster caminó con seguridad hacia donde se encontraba Alec. Sí, tal vez debía hablar con ambos, pero aún no comprendía completamente por qué Jane estaba enojada con ella, cuando ni siquiera le agradaba Aster, o al menos, eso creía la tríbrida. Además, Aster estaba casi segura de que cuando llegara con ambos, Jane se iría.

-Hola -saludó Aster, apenas estuvo frente a los dos.

Y como Aster había imaginado, Jane se escabulló a velocidad vampírica, haciendo que Aster solo viera una ráfaga de luz.

-¿Podemos hablar? -preguntó la humana al vampiro.

-Creí haberte escuchado decir que no era necesario decirme nada, cuando yo ya había escuchado todo.

-Estás comprobando mi punto -señaló Aster con una sonrisa burlona.

Alec lanzó una mirada retadora a la chica, haciendo que esta se sintiera un poco nerviosa.

-Alec, lo que escuchaste es verdad, yo no te cambiaría -aseguró Aster, y con fingido interés, se acercó demasiado a Alec, colocando una de sus manos a un costado de su boca, como si fuera a contarle un secreto-. Y menos con Demetri.

Alec rio un poco, más que por el "chiste" que intentó hacer la humana, por el hecho de que Aster le parecía una persona tan inocente y amable, que rayaba en lo ingenua, una característica que tanto podría ser beneficiosa como una desventaja.

-No estoy molesto contigo, Kaz, si eso es lo que te preocupa -aclaró el gemelo, viendo a una Aster sorprendida.

-¿Entonces por qué no hablas conmigo? -preguntó Aster con preocupación, temiendo que fuera alguna otra cosa seria de la que ella, como amiga del vampiro, debía conocer para ayudarlo.

-Es una larga historia -dijo el vampiro, después de soltar un innecesario suspiro y mirar a su alrededor.

Aster también observó a su alrededor. Sabía que no estaban solos, después de todo, era la sala de tronos, pero se percató de que había más vampiros que cuando llegó. No le sorprendía, iba a haber un anuncio en el cual se requería la presencia de todos los habitantes del castillo.

-¿Podemos hablarlo después? -preguntó la chica en voz baja, tratando inútilmente de ser escuchada por pocos.

Alec asintió, y cuando parecía que iba a responder, un fuerte estruendo hizo que todos los presentes volvieran la vista hacia los tres tronos, que ahora eran ocupados por los reyes.

Seductora Oscuridad | Cauis VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora