Aster ya no sentía su cuerpo. Cada parte de ella estaba sumida en un dolor tan profundo que sus extremidades parecían haberse desvanecido, y apenas lograba distinguir las figuras que se movían a su alrededor. Lo único que aún le funcionaba eran sus ojos, aunque la visión borrosa y las lágrimas que caían sin descanso le dificultaban ver claramente. Los vampiros a su alrededor hablaban, pero Aster solo captaba murmullos incomprensibles en un idioma que mezclaba palabras en italiano y ruso.
Intentaba mantenerse consciente, aunque su cuerpo le exigía rendirse. A pesar de todo, su voluntad la impulsaba a aferrarse a un último deseo: ver a Caius una vez más.
Con un esfuerzo sobrehumano, trató de enfocarse en su entorno, y de pronto, entre las sombras y ráfagas de movimiento, creyó ver una figura que le resultaba familiar. Aquel rostro rubio que tanto amaba parecía materializarse ante ella.
La esperanza comenzó a encenderse en su pecho, y entonces, en un acto de rendición y alivio, cerró los ojos.
—¡¿Qué carajos le hicieron?! —exclamó Caius, con una furia que se podía sentir en cada palabra, mientras observaba a su compañera desplomarse.
Finalmente, había encontrado el calabozo que Alice le había hablado en su visión, aunque le había costado más tiempo del que había querido. La culpa lo consumía, temiendo que la tardanza pudiera haber puesto en peligro la vida de su compañera.
—Caius, realmente esperaba que tardaras más —dijo Damien con una sonrisa ladeada y burlona.
Jane y Alec se mantenían a ambos lados de su rey, evaluando cada rincón del calabozo, listos para atacar al menor indicio de amenaza.
—Por supuesto que tenías algo que ver —respondió Caius con desprecio—. Me habría sorprendido si no hubieras sido tú.
Aro, siempre astuto, había previsto la llegada de intrusos, así que en el momento en que detectó su proximidad, desapareció de la escena para poner en marcha la siguiente fase de su plan.
—Ahora, no se me conoce precisamente por mi paciencia ni por dar segundas oportunidades —dijo Caius, tratando de mantener la calma, aunque sus ojos destilaban ferocidad—, pero hoy seré piadoso contigo. Me llevaré a mi compañera y Jane y Alec te darán una muerte rápida e indolora.
Damien soltó una carcajada, mostrando una expresión arrogante y desafiante. Aquella reacción era justo lo que esperaba de él. Damien y Aro habían urdido su plan con meticulosidad, y el vampiro ruso confiaba en que Aro estuviera cumpliendo su parte del trato.
—Caius, Caius, Caius... —repitió Damien en tono burlón mientras se acercaba, su sonrisa desafiante y arrogante sin moverse un centímetro—. Entiende que hoy tú no tienes el control.
Caius no necesitaba escuchar nada más. En un instante, se lanzó sobre Damien, sus movimientos tan rápidos como letales. Damien, previendo el ataque, lo esquivó con destreza, usando sus reflejos finamente afinados para plantarle cara al rey rubio.
Desde un costado, Damien pudo ver cómo sus dos aliados estaban siendo doblegados por los poderes de Jane y Alec. Ya había anticipado ese movimiento, por lo que, con una sonrisa oscura, se preparó para la siguiente fase de su plan.
—¿Me matarás? —susurró Damien con voz entrecortada, luchando por mantenerse con vida bajo la fuerza de Caius.
—Ese es el plan —respondió el rey, apenas pudiendo ver algo a través de su ira descontrolada.
—Si lo haces, Aster también morirá —murmuró Damien, sintiendo cómo el agarre en su cuello aflojaba ligeramente—. Ella está muriendo justo ahora... si no me sueltas, no te daré la cura.
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Seductora Oscuridad | Cauis Vulturi
FanficAster Black, hija de Renesmee y Jacob Black, ha crecido con su extraña pero amorosa familia, llevando una vida que aparenta ser tan normal como la de cualquier humano. Pero cuando su familia es convocada a Volterra por los Vulturi, su mundo cambia r...