32. Galeones y confeciones

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Lucius Abraxas Malfoy, estaba mirando a su hijo quien tenía todo un brazo vendado, casi soltó lágrimas al ver a su hijo aguantar el dolor cuando le estaban cambiando los vendajes, la mayoría de los Gryffindor insistió que el rubio no tenía nada y que estaba haciendo un drama de nada, pero la realidad era que pasarían unos meses antes de que pudiera usar su brazo de forma correcta y aunque no tendría una cicatriz, su brazo no podría soportar el mismo peso que antes. Obviamente todo esto fue informado a los padres del niño y siendo Lucius un padre tan sobreprotector no dudo en ir a la oficina del director para exigir una explicación y gritarle por la herida de su unico hijo.


— Albus Dumbledore quiero una explicación sobre porqué hay un hipogrifo rondado la escuela y porque lo dejan cerca de los estudiantes, te aviso que he hablado con el ministerio y más vale que te prepares porque después del Yule se va hacer una evaluación a todos los maestros de Hogwarts y te aseguro que el desempeño de esa evaluación va reflejar tu desempeño como director.


Fue rápido y así como entró, salió de la oficina del director no sin antes gritarle que iba a demandarlo por daños y perjuicios hacía su hijo quien se vio afectado tanto física como psicológicamente por el ataque del hipogrifo.

Luego de eso se encontró con los Wayne y su hijo quienes le entregaron a la rata, la cual estaba en un frasco de pasta transparente con agujeros, que estaba asegurada con magia. La rata estaba dormida y por si algo Lucius también le puso un hechizo de rastreo en la rata.


— Unas cosas antes de irme, Draco no te metas en problemas a tu madre casi le da un infarto cuando se enteró del hipogrifo, lo que me recuerda que no vas a tener un Dragón para navidad. - Lucias parecía bastante decaído cuando vio la cara de su hijo oscurecerse. - Intente convencerla no cedió.

— No es justo. ¿Por qué no puedo tener un Dragón?

— No lo se, ella dice que solo es un capricho y que ya se te pasara.

— ¿Un capricho que ha durado desde que tengo 4 años?

— Eso le dije yo, pero insiste en que es una fase y yo digo que solo se te pasará cuando tengas tu dragón, honestamente aun no comprendo muy bien como debo ser un buen padre para ti, hace trece años Narcissa solo dijo que debía protegerte y hacerte feliz. ¿No se trata de eso? A ti te haría feliz un dragón. ¿No?

— Es exactamente eso. Tienes razón padre a mi me haría él chico más feliz del mundo tener un dragón. - Dijo Draco abrazando a su padre momentáneamente. - Y es exactamente en qué tan feliz podría ser con un dragón en lo que vas a pensar cuando vuelva a surgir el tema con madre.

— Oh y otra cosa tu madre me prohibió mandarte dinero los próximos dos meses debido a lo del hipogrifo. - Saca una gran bolsa de Galeones de su túnica y se la entrega. - No es mucho pero creo que podrás sobrevivir con esto, se que será duro pero debes ser fuerte con algo de suerte tu madre sedera, o tal vez pueda mandarte algo de contrabando con Dobby. Cuidate hijo.


Era un sábado tranquilo, después de entregar la rata tanto Jason como Draco pudieron relajarse, después de todo habían evitado el problema más grande sus vida hasta ese momento y con eso en mente fueron al campo de Quidditch, Jason estaba ansioso por lo que se sentó en el piso a contar el dinero que Lucius le había dejado a Draco, mientras que el rubio miraba el campo contemplando a los estudiantes de Hufflepuff practicar.


— Jay, creo que me gustan los chicos. - Dijo Draco sin quitar su mirada del campo.

— Mil quinientos... ¿Dijiste que te gustan los chicos? - Repite Jason mirando a Draco queriendo asegurarse de haber oído bien a su amigo. - ¿Por qué crees que te gustan?

WAYNE'S EN HOGWARTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora