42. Astros

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Fuego por todas partes, el sonido del agua se escuchaba a la distancia, la vista de unas enredaderas. La confusión, el temor, el pánico... No había orientación, el peligro era palpable, había humo, luego el agua, el cual era asfixiante, luego la sensación de ser perseguido... Y la pérdida... ¿Pérdida? ¿Dónde está Damian? ¡¿Dónde está su hermano?! 

Draco se despertó exaltado y sudado en su cama; las imágenes seguían recorriendo su cabeza de forma desordenada. Se levantó apresuradamente de su cama y aunque estaba mareado, revisó la cama de al lado, encontrándose a un Damian durmiendo. Cuando Draco lo miró, su respiración volvió a la normalidad y sus latidos empezaron a desacelerarse. Era bueno tener suficiente influencia como para poder compartir habitación con Damian; aunque se sentía un poco cohibido al ya no dormir solo, sabía que era mejor así. 

El rubio salió de las mazmorras y caminó hacia la torre de astronomía. El cielo estaba totalmente oscuro; por la posición de la luna, Draco imaginó que no pasaban de las dos de la mañana y, pese a que estaba totalmente agotado, sabía que no iba a lograr conciliar el sueño esa noche. Draco estaba en el borde de la torre; miraba las estrellas mientras organizaba aquellas imágenes aterradoras en su cabeza; estaba seguro de que las vería personalmente en el futuro, solo que no sabía de qué forma irían a presentarse.Pasaron unos minutos, tal vez una media hora, incluso una hora entera, hasta que Draco sintió la presencia de alguien y se puso a alertar sosteniendo su varita de forma firme, ocultándose con su túnica. Al no ver nadie, bajó la guardia; solo hay una persona a la que le gusta vagar a su alrededor con la capacidad de no ser visto.  


—Para ser alguien a quien supuestamente le gusta pasar desapercibido, eres pésimo ocultando tu presencia. - La burla resonó en el lugar; Harry se quitó su capa, pero aun así Draco no apartó su mirada del cielo estrellado. - ¿Qué te trae a mí esta noche? Dudo que sea coincidencia que vengas a la Torre de Astronomía cuando no eres capaz de apreciar la belleza de un astro. 

—No podía dormir, así que salí a despejar mi mente. Cuando miré en el mapa, noté que estabas aquí... ¿Qué haces despierto tan tarde? 


Harry agradeció realmente que el lugar estuviera lo suficientemente oscuro, para ocultar su sonrojo ante las palabras del rubio, quien parecía totalmente sereno.Draco no respondió de forma inmediata a la pregunta de su amigo; tampoco lo miró; su vista seguía puesta en las estrellas. Harry lo miró de forma más minuciosa; su pelo rubio parecía platinado a la luz de la luna y sus ojos más que gris azulados parecían morados... Era simplemente brillante a sus ojos. 


 —Parece que no sueles dormir mucho. —Habló el rubio captando la atención del moreno. - Siempre te ves cansado. No es difícil suponerlo.—Sufro de pesadillas, no duermo muy bien. Sirius dice que tal vez una posición pueda ayudar, pero no sé. 

 —Tal vez una ayuda, puedo conseguirte una si quieres. —Gracias. —Murmuró Harry antes de sentarse a su lado. - ¿Por qué estás despierto? 

—No eres el único que sufre de pesadillas, Potter —dijo Draco con algo de burla. 

—Pensé que era algo exclusivo mío. - Harry le siguió el juego. - Mi error. Ninguno de los dos habló; Draco solo miraba las estrellas intentando entenderlas, mientras Harry lo miraba curioso, porque no entendió el interés del rubio por las estrellas. —Nunca entendí astronomía, pero debo aceptar que esta vista es hermosa. 

—Eso es porque eres tonto. —Rio Draco, mientras se acomodaba mejor para hablar. - Las estrellas siempre guían nuestro rumbo; en el caso de mi familia, dicen que guían nuestro camino, por eso todos tenemos nombres de astros. 

WAYNE'S EN HOGWARTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora