Jason era, por naturaleza, un ser vengativo. Los rencores se le daban con la misma facilidad con la que otros respiraban, y esa característica suya había sido, en parte, lo que lo había llevado a formar un lazo tan fuerte con Draco. Ambos compartían un entendimiento tácito de lo que significaba guardar las heridas en un rincón del corazón, pero también sabían cuándo era momento de soltar la carga. Sin embargo, existían contadas excepciones en las que Jason no podía mantener su enojo, y esas excepciones eran aquellas personas que, "desgraciadamente" para él, consideraba familia. Por ello, para nadie fue una sorpresa que, tras la primera prueba del Torneo de los Tres Magos, Jason y Dick terminaran por limar asperezas. Eran hermanos, después de todo.
La reconciliación con Dick había sido casi inevitable. Dick, con su típica actitud despreocupada y cálida, no dejaba espacio para que los muros de Jason permanecieran en pie mucho tiempo. Después de un par de conversaciones tensas y una disculpa torpe, las cosas volvieron a la normalidad entre ellos. Sin embargo, no todos corrían con la misma suerte. Roy Harper Queen, quien observaba desde la mesa de Gryffindor con la vista fija en Jason, estaba decidido a intentar reabrir una puerta que hacía tiempo había sido cerrada.
—Jay~Bird, llevo tiempo queriendo hablar contigo. —La voz de Roy resonó entre las conversaciones en la mesa de Gryffindor, claramente dirigida a Jason. —Vi que ya hablas con Dicky, eso es bueno. Estaba pensando que podríamos ir a Hogsmeade este sábado, ya sabes, para charlar y...
Jason ni siquiera dejó que terminara la frase. La mención de "Dicky" y ese tono despreocupado le provocaron una oleada de irritación.
—Pérdete, Queen. —La frialdad en su tono era como una daga. —El que haya arreglado las cosas con mi hermano no tiene nada que ver contigo.
Sin añadir más, se levantó del lado de su hermana, quien lo observaba con una mezcla de curiosidad y resignación, y caminó con paso firme hacia la mesa de Slytherin. No miró atrás ni siquiera una vez, dejando a Roy con la palabra en la boca y un aire de desconcierto flotando sobre la mesa de Gryffindor.
Jason sabía que con Dick la reconciliación era inevitable. Por mucho que le fastidiara admitirlo, el vínculo que compartían era irrompible, pese a los altibajos y las inevitables discusiones que surgían entre hermanos. Dick siempre encontraba la forma de volver, como un batarang lanzado con demasiada fuerza, pero que de alguna manera regresaba al punto de partida. Jason podía gruñir, quejarse e incluso tratar de alejarlo, pero al final, siempre terminaban limando asperezas. Sin embargo, Roy era un caso completamente distinto. No había lazos familiares que los obligaran a enfrentar sus diferencias y, honestamente, Jason ni siquiera estaba seguro de que Roy hubiera sido realmente su amigo alguna vez.
Se dejó caer en el banco de la mesa de Slytherin, junto a Draco, quien lo observaba con una ceja levantada y una mirada cargada de curiosidad.
—¿Y ahora qué? —preguntó Draco, apartando sus libros a un lado y observando cómo Jason se hundía en su mal humor habitual.
Jason simplemente se encogió de hombros, evitando el tema. Draco, siendo Draco, no insistió. Al menos no de inmediato.
Mientras tanto, en la mesa de Gryffindor, algo mucho más trivial, aunque igual de significativo, sucedía. Con la ayuda de Hermione, Harry y Ron habían decidido finalmente enterrar el hacha de guerra y reconciliarse tras semanas de tensión. Para Draco, aquello era algo completamente absurdo. Los dos parecían incapaces de sostener un desacuerdo serio sin terminar regresando a su estado natural de "mejores amigos inseparables". Una tontería, pensó el rubio cuando Harry se lo mencionó más tarde. Pero, ¿quién era él para prohibirle a Potter algo?
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WAYNE'S EN HOGWARTS
FanfictionEn un mundo mágico, donde 5 hermanos iban y venían de una escuela mágica a otra terminan entrando a su última opción, escuela Hogwarts: de magia y hechicería. Y por muy contradictorio que pareciera los hermanos quedaron en las casas más o menos espe...