CAPÍTULO 43, PARTE 2

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EN LLAMAS

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NARRADO POR LA PRECIOSURA DE AUTORA.

El bosque con el portal al inframundo más poderoso en esta tierra, estaba en completo silencio. Los demonios se encontraban en el otro lado, por ahora.

Kira, de cabello blanco y largo hasta la cintura, hija de Kahnara Cavalier y Danielle Favre, se encontraba en medio del claro, frente al cuerpo de su madre.

Nara se encontraba en una enorme piedra, boca arriba, con los ojos cerrados y una expresión de paz en su muerto rostro. Kira observa cada detalle de ella con una frialdad con la que nadie debería ver a su madre, sin embargo ella no la consideraba así, Danielle fue más madre para ella que la bruja, a pesar de que solo aportó su sangre para su creación.

Y por eso estaba ahora aquí, para salvar la vida de su única madre.

Dos brujas, sus amigas más íntimas la acompañaban, ellas abrirían en portal, con la promesa de que se les enseñaría magia demoniaca.

Cuatro antorchas estaban puestas alrededor del claro. Sin embargo, una luz blanca cubre el cuerpo de Nara. Kira levanta la mirada al cielo nocturno, una luna menguante se encontraba en el punto más alto.

—Kira—Susurra una bruja.

Los ojos de la peliblanca se dirigen al límite, a paso del claro. Hace sus manos puños, para calmar su temblor. La híbrida sale del límite, atrás de ella se encontraba Ziah, nuevamente con su collar para salir del límite. Gomory sobrevolaba encima de su cabeza en su estado puro, más grande que Lili.

—Podría ser un proceso tardado—Avisa Kira.

—Entonces comienza ya—Murmura Rhea, sus ojos están puestos en Nara.

Los quejidos de dolor del licántropo se hace presentes, y la vampira lloraba, ambos estaban encerrados en un círculo sellado por magia. El sacrificio era sencillo, dos criaturas mágicas deben morir y su sangre debe servirse en la caldera.

Kira toma la bandeja plata con la daga y se la extiende.

—Supongo que lo quiere hacer usted.

—¿No podrían hacer el sacrificio con ella?—Rhea a punta a Ziah. —En serio quiero que su muerte sea la que me devuelva a Nara.

La pelinegra estaba en una encrucijada, realmente quería morir, el infierno que Rhea le ha hecho pasar era peor que ser sacrificada de la forma más cruel, pero ha oído de quienes los usan para eso, sus almas no tiene paz.

—La magia demoniaca es intransable—Explica Kira. —Lo lamento.

Rhea pone sus ojos en blanco, antes de mirar a Ziah.

—Devuelve el collar a Larissa—Le ordena con claro desdén.

—Sí, Alfa.

La híbrida camina nuevamente de regreso al límite, una castaña alta la espera ahí, cuando piso el suelo infértil, se quita el collar y se lo entrega a la beta de mala gana.

—¡Hagan que la puta desee haber sido el sacrificio de hoy!— Rhea ordena a viva voz a los tres híbridos salvajes.

Los hombres toman a la pelinegra y se pierden la oscuridad. Larissa sale del límite, sosteniendo el mango de su espada.

Kira alza la bandeja, con fuerza y baja la cabeza. Rhea mira fugazmente la daga ahí, antes de abalanzarse contra la vampira, le atraviesa el pecho con facilidad, tomando su corazón con la mano derecha, y con la izquierda tomo posesión del corazón del licántropo.

Sword Onyx [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora