─•── )○( ──•─
REGRESO AL HOGAR
─•── )○( ──•─
AMINA BELANGER
Abro los ojos, sintiéndome agitada y con ganas de vomitar. Me levanto, y los rayos de sol me queman la vista.
—Eres débil, Amina Belanger—Exclama Eckvan, entre una risa burlona —Creí que serías más resistente.
Rápidamente, me pongo el collar de ónix, antes de que intente sus sucios trucos conmigo.
—Y yo creí que sabías hacer portales—Mascullo. —Diosa, ¿Por qué hace tanto calor? ¡Carajo!
Me quito la chaqueta a manotazos, sofocada, la pelirroja parece inmóvil, solo observándome con esa cara de cachonda que no puede más.
—Vamos, la camiseta — Dice en un susurro.
La fulmino con la mirada, y lanzo la chaqueta lejos, quedando solo con la camiseta. Es en ese momento que levanto mi cabeza hacia el frente, presenciando un bosque árido, seco y sin vida. Me volteo nuevamente hacia Eckvan.
—¿No se supone que nos llevarías a la Alianza?—Pregunto, entre dientes. —¡Estamos dentro del límite!
Ella rueda los ojos, y se cruza de brazos.
—Disculpa, pero te recuerdo que en la Alianza no se puede realizar magia demoníaca, una de las tantas obras hipócritas de Kahnara Cavalier—Masculla. —Hubieras tomado un avión, primera clase, con los pies cómodos ¡Ay, verdad, no puedes! ¡Hiciste enojar a la Alfa Suprema!
Niego con la cabeza. Otra vez estoy en el infierno en la tierra, esperando un ataque de híbridos salvajes por la espalda, pero al menos este era conocido. Además, puedo reconocer el lugar, y estamos cerca del muro de la Alianza.
—Vi algo, mientras tú tomabas tu pequeña siesta—Insinúa Eckvan, me pide que la siga. —Creo que no eres la única que ha hecho enojar a Jessica.
Me hace subir una diminuta colina, al llegar a la cima, fruncí mi ceño, completamente confundida. El bosque estaba quemado, son pocos los árboles en pie, pero que pronto caerían, en el suelo había ceniza negra y el olor era potente.
—Sí conozco a mi hermana, debió tomar esto como el inicio de la guerra—Masculla Eckvan.
Un pinchazo en mi corazón, solo se debe a una mujer: Diana ¿Estará bien? ¿Estará protegida?
—Hay que irnos—digo, bajando la colina, hacia los escombros, de lo que antes era un bosque seco y sin vida, ahora es un pedazo de carbón.
No hay señales de híbridos en kilómetros, es lo único bueno. Con el sol es más intenso de este lado quemándome la piel y Eckvan a punto de abusar de mí, mi humor no es el mejor. Pateo los escombros, tratando de estallar.
—¿Cuándo harás la otra parte del ritual?—Pregunto.
—Ya tengo el ingrediente principal—Dice, observándome. —Así que si llegamos esta noche, esta noche será.
Asiento. —¿Y Diana lo sabe?
Esta vez la miro a los ojos, necesito saber si es sincera, y aunque sé que ella es el último ser en esta tierra y la otra en la que hay que confiar, no puedo evitar sentir, que en su forma humana, inspira un poco de autenticidad. Ella relame sus labios, y me sostiene la mirada.
—No—Responde.
—¿Hay una forma de que no lo sepa nunca?—Vuelvo a preguntar.
Alza la mirada al frente como si estuviera perdida, mientras camina.
ESTÁS LEYENDO
Sword Onyx [3]
FantasyCONTINUACIÓN DE CROWN ONYX El mal está desatado, y lo que creían que los protegía se debilita cada vez más. Por un lado esta la Alianza Triple Diosa, dirigída por Jessica Favre, que buscará a toda costa proteger a los suyos mientras lucha por asimi...