CAPÍTULO 1

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EN MEMORIA DE DIANA AYLEEN

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Una semana después...

CYPRIAN FAVRE

Hay fugas.

Definitivamente el límite se está agrietando, y me temo que cada vez son más evidentes las anomalías y más difíciles de controlar. Flexiono mis rodillas, para tocar la tierra contaminada. Lo podrido forma una especie de triángulo de no más de 20 centímetros, que apunta hacia nuestro norte.

Saco el frasco de mi chaqueta negra, y vierto dos gotas de su sangre en la tierra seca. Poco a poco su color vivo comienza a surgir, y lo podrido vuelve a su origen. Suelto un suspiro y observo el pequeño frasco. Era el ultimo que nos quedaba de sangre de mi madre y cada gota que derramo se lleva una parte de mi.

Levanto mi cabeza, mirando hacia el límite, la helada brisa de invierno proveniente del este, provoca que los amuletos colgados en sus árboles se sacuden violentamente.

El cielo, como ya es costumbre, está completamente nublado, haciendo casi imposible ver más allá de las dos primeras hileras de arboles de ese bosque maldito.

Entro a la pequeña casa, y la calidez de la chimenea invade todo mi cuerpo.

—¿Lo hiciste?—Jessica pregunta de inmediato, y yo asiento.

—Yo no voy a venderte nada—Celeste salta con molestia. Jessica lleva su mirada hacia la licántropa, cansada. —No dejaré la casa de mi madre así como así.

—Celeste, ya lo hablamos, te dare asilo en el castillo en lo que construyen tu casa en el pueblo—Masculla Jessica.

La licantropa se levantó de la mesa, y puso las palmas de sus manos sobre ella bruscamente. Sin embargo, Jessica se mantiene tranquila en su asiento.

—Aquí crecí y mis hijos también, estas tierras son sagradas para mi familia y no te las cederé para que las profanes, Jessica.

—Cariño, piensalo, estaríamos más cerca de la escuela de los niños y nuestros trabajos.—Jonh, su mate, intenta persuadirla. —La alfa esta siendo muy generosa.

Enfatiza la palabra "alfa", para que deje de llamarla por su nombre. Celeste lleva sus ojos claros a su esposo, dándole una mirada de furia y este baja la cabeza. Jessica había dicho que ella era terca, y ciertamente creo que tiene razón.

—No las voy a profanar, Celeste—Repite Jessica, esta vez más tensa. —Es imperativo que salgan de aquí. Tú y tu familia son los únicos que viven así de cerca del límite.

—Los amuletos de mi abuela nos han protegido durante cien años, ningún híbrido se ha acercado al límite. — Recalca con determinación. —Es mejor que me digas la verdad, Jessica o te vas de mi casa.

—Celeste, deja de faltarle el respeto a la alfa suprema—Saltó Jonh, en advertencia.

Veo que en la segunda puerta, hay una pequeña niña sentada en el suelo, rodeada de crayones y hojas de papel. Noto que la ventana de su habitación da directamente a donde estaba la fuga. Me acerco hacia ella.

—¿Puedo pasar?—La niña se sobresalta.

Tenía, tal vez, seis años, pero la energía que irradiaba era mucha para tan corta edad o para ser hija de licántropos. Era una pequeña bruja.

—Sí—Dice. —¿Eres Cyprian Favre, verdad?

—Así es—Me siento junto a ella, doblando mis piernas —¿Cómo lo sabes?

Sword Onyx [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora