CAPÍTULO 18

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EL HEREDERO

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DIANA AYLEEN

Hace un mes recuperé mi infancia, los recuerdos volvieron de golpe, no me dejaron descansar y solo he podido llorar, había días que ni siquiera comía.

No solo volvieron mis padres, nuestra vida juntos, el olor del perfume de mi padre y el de la tarta de chocolate de mi madre.

Volvieron los abusos del orfanato y los golpes del instituto católico en Italia, los recuerdos más fuertes y repugnantes, todos ellos los experimentaba vívidamente a cada minuto del día, incluso cuando Amina intentaba darme apoyo y amor, la apartaba con las manos temblorosas.

Tuve que mandar a Cyprian con Jessica, porque no quería verme así frente a él.

Pero me levanté nuevamente, siempre me levanto. Sé quién soy, de donde vengo y que sangre corre por mis venas.

Ahora que mi historia ha vuelto a mí, como Amina me dijo una de esas noches tormentosas: Toda acción mía contra el Orbe Negro está justificada.

Cyprian vertió una gota de mi sangre sobre la parte del límite que aún no ha sido cubierta por el enorme muro, y comienza a ser su ritual para cerrar las microscópicas fugas, para enseñarle a cinco brujos como se hace.

Ellos serán los encargados de fortalecer el límite alrededor del mundo.

Jessica, yo y él estamos rodeados de guardias, atentos a cualquier amenaza, entre ellos Amina y Atlas, que sospechosamente desaparecieron, seguramente para cazar, recibieron la noticias de que había humanos merodeando.

—John se refugia en las paredes del tratado triqueta mientras envenena a los brujos contra mi hijo, no podemos permitir que logre que lo destituyan como heredero.

—¿Cómo sabes que John está en la fortaleza?—Pregunta con el ceño fruncido.

—Tengo un espía entre ellos. —Suelto con una sonrisa.

—¿Entonces quieres que te preste dos tropas de la elite?—Cuestiona Jessica.

Comenzamos a caminar por el sendero, siempre cerca de Cyprian.

—Sí, tropas exclusivamente de vampiros— Dije. Ella frunce el ceño. —Sé que los licántropos son más resistentes y fuertes, pero necesito rapidez.

—Necesitas más de dos tropas para entrar al tratado Triqueta, Diana —Explica, escéptica.

Las ramas sobre nosotras crujen, y los guardias levantas sus armas. Una espesa masa negra baja a todoqa velocidad de los árboles, hasta estrellarse en un arbusto. Lili atrapa al conejo gris y le rompe el cuello, para entrar por su boca, para comenzar a comérselo por dentro.

Jessica ordena bajar las armas y lo hacen, los guardias intentan ocultar su mueca de miedo cuando el cadáver comienza a convulsionar.

—La tengo a ella.— Exclamé. Veo la duda en sus ojos, entrelazo nuestros brazos. —Te pagaré cada soldado caído, Jess.

—¿Sabes cuanto valen?—Niego. —50 millones, eso les asegura un sustento a su familia, pero el dolor no se puede comprar. Aunque la mayoría de los vampiros no tienen familiares.

—John le robó a mis padres sus propiedades y bienes, así que pienso devolverle con la misma moneda. Además, ellos junto a Nara fundaron el tratado triqueta. No hablo de invadir la fortaleza, sino que tomar lo que es mío y de Nikolas—Aseguro. Asiente, y comienza a pensarlo en serio —Sabes que Amina es excelente como jefa de tropa…

Sword Onyx [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora