ESTRELLA DE ROCK

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Capítulo 6

Al llegar Bulma volvió a agarrarse del brazo de Vegeta como la noche anterior mientras él llevaba la cesta con su otra mano, caminaron hasta llegar a una zona de dunas donde estarían más tranquilos.

Caminaron en silencio disfrutando de su compañía y del sonido del mar, la suave brisa hacia ondear el cabello de ambos y el olor a sal lo inundaba todo.

Al llegar colocaron la fina manta sobre la arena y la cesta de picnic...

Bulma: Vegeta, te apetece darte un baño conmigo?

Pero no hizo falta contestación, en cuanto ella se lo propuso él comenzó a quitarse su ropa, se quitó su camiseta dejando ver que efectivamente tenía un cuerpo bastante musculado y una piel bronceada, mientras Bulma trataba de que no se diera cuenta de que lo miraba deshacerse de esa ropa y se sonrojaba a la vez.

Lo miraba de reojo mientras ella se quitaba sus vaqueros y su blusa, dejando ver una hermosa figura de piel nívea.

Sin decir nada, Vegeta hizo algo que Bulma no esperaba, aunque el propio Vegeta se sorprendió a sí mismo cuando no pudo reprimir el impulso que lo había llevado a coger entre sus brazos a Bulma al estilo nupcial y adentrarse en el agua.

Una vez dentro la dejó libre para que pudiera moverse, por suerte ella no había llegado a ver como al sorprenderse a sí mismo realizando esa acción se había sonrojado, ya que Bulma había quedado de espaldas a él en ese instante, en el instante que la liberó de su abrazo.

Bulma: uhmm... no me esperaba que me trajeras tú hasta aquí (le dijo riendo, en realidad se reía para disimular lo nerviosa que estaba)
Vegeta: perdona si te ofendí al hacerlo, no sé por qué lo hice, fue un impulso (le dijo avergonzado y agachando levemente la cabeza)
Bulma: no tengo que perdonarte nada, no me ofendiste, sólo me sorprendiste, y ahora... te apetece que nadamos un poco?, pero no me dejes atrás
Vegeta: dejarte atrás!, jamás haría algo así, no estamos compitiendo (le dijo ahora ya uniéndose a su risa)
Bulma: estoy segura Vegeta de que no lo harías a propósito pero... algo me dice que nadas muy bien
Vegeta: pues... comprobemos si tienes razón

Pero no había terminado de hablar cuando vio a Bulma comenzar a nadar, claramente había hecho trampa pero a él le pareció muy dulce ese intento de... dejarlo atrás.

La alcanzó rápidamente y nado a la par de ella todo el rato, se estaban divirtiendo mucho en el agua, hasta dejaron de nadar para jugar a salpicarse agua el uno al otro entre risas.

Cuando Vegeta se percató de que Bulma parecía ya estar cansada y puesto que donde se encontraban ya hacía pie, la volvió a coger mientras ella le permitía hacerlo rodeando con sus brazos su cuello, sacándola del agua y depositandola sobre la fina manta para después darle rápidamente una toalla poniéndosela sobre sus hombros.

Después se sentó junto a ella también con una toalla sobre su espalda justo en el preciso momento que el sol comenzaba a desaparecer por el horizonte dejando ver unos preciosos colores anaranjados hasta desaparecer del todo dejando que la luz de la luna y las estrellas los envolvieran, tanto fue así que Bulma inconscientemente recostó su cabeza sobre el hombro de Vegeta que la miró embelesado al percatarse, algo que ella no vio al haber cerrado sus ojos cuando apoyó su cabeza en él.

En ese instante Vegeta hizo algo que no se había atrevido a hacer, dejó caer la toalla de su espalda para poder liberar sus brazos y rodearla por la cintura con uno de ellos, momento en el que al sentir ese brazo rodeando su cintura Bulma abrió sus ojos y lo miró de la misma forma que él la estaba mirando, cruzando sus miradas que brillaban bajo la luz de la luna.

Seguían en silencio mirándose a los ojos cuando Bulma se atrevió a poner su mano sobre el pecho de Vegeta, algo que hizo que él pusiera su otra mano sobre la de ella.

Nada era capaz de romper ese momento, aunque la tensión era palpable en ese instante, algo en su interior les hizo reaccionar de una forma que aunque sorpresiva para ambos era... algo que llevaban deseando desde que sus ojos se cruzaron en aquella cafetería, aunque en aquel instante no fueran conscientes.

Poco o poco Bulma levantó más su cabeza mientras Vegeta bajaba la suya, en realidad fue más rápido de lo que les pareció, para ellos la acción pasó a cámara lenta hasta que por fin sus labios tocaron los del otro, fue un beso corto pero muy dulce, corto por la sorpresa de sentir que el otro le había devuelto ese contacto.

Entonces volvieron a mirarse tan solo un segundo para volver rápidamente a juntar sus labios para un beso más largo, más demandante, que pareció durar una eternidad aunque tan solo fueron unos minutos, para una vez terminado por la falta de aire volver a quedarse abrazados en silencio mirando a la luna en el horizonte, debatiéndose ambos en cómo volver a mirar al otro después de un beso claramente correspondido que en ese instante los tenía sonrojados pero claramente felices.

Hasta que... uno de los dos dio el paso de hablar, aunque sin atreverse a hacerlo mirando al otro, no quería que se le quebrara la voz... al hacerlo de la emoción.

Vegeta: Bulma...
Bulma: sí...
Vegeta: me gustaría...
Bulma: no hace falta que lo digas... (en ese instante se atrevió a mirarlo a la cara), yo estaré aquí cuando vuelvas si... quieres...
Vegeta (no la dejó acabar, la miró en ese instante y le dijo): claro que quiero, cuando vuelva quiero verte un día tras otro, yo... tenía la intención de pedirte que me dejaras hacerte videollamadas desde cada lugar que esté y enseñarte... preciosos lugares... mientras... hablamos
Bulma: yo iba a pedirte que me llamaras siempre que pudieras...
Vegeta: pienso... hacerlo constantemente
Bulma: y yo... pienso hacer lo mismo (en ese instante se atrevió a darle un dulce beso, casi como un roce de nuevo en sus labios)
Vegeta: ojalá... no tuviera que marcharme tan pronto
Bulma: no te inquietes, yo seguiré aquí cuando regreses
Vegeta: gracias
Bulma (sorprendida): gracias?
Vegeta: gracias por escribirme para devolverme esa revista, nunca hubiera imaginado que aquella vieja revista olvidada... me llevara hasta un momento como éste... junto a una hermosa mujer que ha hecho latir mi corazón como nunca pensé que se pudiera
Bulma (extremadamente ruborizada): yo... tampoco pensé que algo así... pudiera ocurrrirme, mi corazón late exactamente ahora mismo como lo estás describiendo

Mientras conversaban de sus sentimientos por el otro, Vegeta se percató de que Bulma aún cubierta por la toalla tiritaba, ya que siendo de noche claramente sus bañadores no se secarían, así que le dijo que se cambiase, por lo que ella se levantó, cogió su ropa y se fue detrás de una duna, había llevado una muda de ropa interior en su bolso.

En el instante en que Bulma desapareció detrás de la duna, Vegeta se quitó su bañador sentado sobre la manta cubierto de cintura para abajo por la toalla que antes había estado en su espalda, él también había llevado su ropa interior en una pequeña mochila que llevaba en el maletero de su coche junto con las toallas que habían usado, las había cogido en cuanto llegó el mensaje de Bulma diciéndole... que llevara... bañador.

Cuando ella volvió, él ya estaba completamente vestido y había sacado la comida de la cesta de picnic, le ofreció su mano para ayudarla a sentarse para después continuar su conversación sobre como harían para llamarse debido a las diferencias horarias según en la parte de Estados Unidos en la que él estuviera mientras degustaban los sándwiches, los refrescos y... la tarta de fresas que Bulma había metido en aquella cesta.

Continuará...

Escrito por Mer Lois

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