ESTRELLA DE ROCK

Capítulo 32

Mientras Vegeta y Bulma pasaban esas semanas de luna de miel intensas por Japón, en otra parte del mundo Sadala se instalaba en un apartamento cerca de la universidad donde estudiaba Lita, se había enamorado de la mejor amiga de su nueva hermana y pretendía demostrárselo durante el tiempo que faltaba para iniciar su próxima gira, porque aunque lo que sentía era nuevo para él tenía claro que la amaba, sus dudas sobre si lo que sentía era amor quedaron resueltas cuando habló con su hermano sentado en aquel banco junto a la fuente del jardín de su abuelo.

Allí aprovechando el momento le había preguntado a su hermano pequeño si lo que estaba sintiendo tenía similitud con lo que sintió al conocer a Bulma y su respuesta fue la confirmación de que así era, por lo que tenía claro que debía ir, debía estar donde ella estuviera el máximo tiempo posible para que ella viera que lo que le había dicho iba muy pero que muy en serio.

En cuanto se instaló comenzó a quedar con Lita para pasear por un parque cercano todas las tardes entre semana después de ponerse el sol, por el día ambos tenían obligaciones ya fueran los estudios de ella o los ensayos de él, dejando los fines de semana para citas algo más largas, aunque para intentar poder dar esos paseos tranquilos cogidos de la mano o con Lita cogida de su brazo sin que nadie los asaltara ni atosigara porque lo reconociera y quisieran fotografías, autógrafos o... incluso periodistas queriendo saber quién era ella, Sadala se recogía su cabello en una coleta baja, se ponía una gorra y unas gafas que simulaba tener que utilizar pero sin embargo los cristales serán falsos, él no las necesitaba, pero aunque a Lita le pareció muy gracioso la primera vez que lo vio así, cuando le explicó por qué había decidido hacerlo lo entendió y se lo agradeció besándolo intensamente, le acababa de prometer que nada la distraería o molestaría en sus estudios por estar con él.

Así que el primer sábado fueron al cine, escogieron una película en la que probablemente no habría mucha gente en la sala, Sadala iba de la misma forma que en sus paseos además de con ropa cómoda al igual que Lita, esperaron además para entrar en la sala a que las luces estuvieran apagadas y los tráilers en marcha para tomar sus asientos, aunque en realidad se pasaron buena parte de ella besándose o Lita recostada con su cabeza sobre el hombro de Sadala cuando miraban la pantalla además de estar cogidos de las manos, por lo que casi no sabían ni de qué iba y menos podían decir si les había gustado o no, pero sí que podían decir que habían disfrutado de la compañía del otro haciendo algo tan corriente como cualquier pareja de novios ir al cine.

Pero el siguiente sábado Salada decidió darle una sorpresa con algo que le gustaba a ella, algo que le dijo cuando se conocieron y que le dejó sorprendido por la sinceridad con que se lo dijo, así que en su paseo por el parque la noche anterior...

Sadala: mañana te voy a llevar a un lugar para nuestra cita del que estoy completamente seguro de que te gustará mucho
Lita: ah sí!, y adónde me llevarás?
Sadala (deteniéndose para poder mirarla mejor a esos ojos chocolate por los que todo él suspiraba): es una sorpresa, tan solo te diré que debes vestirte con un vestido largo y elegante
Lita (cogida de sus manos y sorprendida mirándolo a sus ojos negros como el carbón tratando de averiguar dónde podría ser): elegante?, has dicho elegante?, pero... a dónde me vas a llevar no consigo pensar en ningún sitio donde haya que ir así, sobre todo porque sé que no te gusta llevar traje
Sadala: pues... mañana lo llevaré y... no vas a conseguir sacarme dónde iremos (ríe)
Lita (abrazándose ahora a él): pues... que sepas que a mí me encanta como vas vestido normalmente

Al escucharla decirle que ella lo prefería así tal cual era, vestido de esa forma y no tan encorsetado, que era como se sentía el dentro de cualquier traje, hacía que aún su corazón latiera más fuerte, latiera frenético ya mucho antes de comenzar a besarla en ese instante.