ESTRELLA DE ROCK

Capítulo 51

A Gran Canaria llegaron también en barco y cerca de donde desembarcaron descubrieron un lugar precioso, el Puerto de Mogan, un lugar con canales a los que los lugareños llamaban la pequeña Venecia y donde les aconsejaron ver desde un pequeño mirador sus magníficas puestas de sol, así que después de pasear por esos canales e incluso sumergirse en el mar en un submarino para admirar el fondo marino, fueron a ese lugar.

Allí se sentaron a admirar efectivamente todos esos colores anaranjados, aunque en realidad abrazados mirando el horizonte era Lita quién lo observaba, ya que Sadala en realidad la miraba ella, viendo como sus ojos brillaban aún más hasta que ella se dio cuenta y volvió a su cara hacia él del todo al tenerla ladeada para contemplar la puesta de sol, razón por la que Sadala pudo verle los ojos lo suficiente, para besarlo después de decirle que lo amaba, momento en lo que realmente la puesta de sol terminó dejando caer sobre ellos un cielo plagado de estrellas.

Visitaron otros lugares antes de dirigirse a su capital, Las Palmas de Gran Canaria, pasearon por un desierto miniatura llamado las Dunas de Maspalomas y terminando ese paseo disfrutando de un baño en las aguas azules del Atlántico.

Recorrieron varios pueblos hermosos y parques naturales, pero que no podían dejar de visitar fue algo que en la recepción de su hotel les habían recomendado, visitar el Roque Nublo, una roca volcánica de 80 metros de alto y se encuentra a más 1800 metros sobre el nivel del mar, una roca creada por una erupción volcánica y que desde el lugar donde se encuentra se puede admirar una preciosa panorámica de buena parte de la isla.

Una vez en la capital, recurrieron su famosa playa de las Canteras donde artistas crean monumentos efímeros con su arena, visitaron el Castillo de la Luz y el mercado de Vegueta.

Los días pasaban y Lita se preguntaba si Sadala tenía pensado algo más ya que pronto debía volver a la universidad, algo que su esposo sabía perfectamente...

Lita: oye mi amor... (le dijo abrazada a él en la cama), he pérdido ya la cuenta de cuantos lugares hemos visto en nuestra luna de miel, he pérdido hasta la noción del tiempo, pero...
Sadala (besándola primero antes de contestar después de haber cogido su mentón para que girara su cabeza totalmente hacia él y así poder dárselo): me alegro que te esté gustando todo mi amor, pero... qué quieres decir con pero...?
Lita: pues... que pronto comenzaré las clases y quiero estar descansada para ello, después de todo los viajes largos son agotadores, sólo tengo que ver cómo llegas de cansado de tus giras, los dos primeros días... estás agotadísimo...
Sadala: uhmm... no sólo me agoto por eso... (le contestó giñandole un ojo y haciendo que se sonrojara antes de volver a besarla, para después continuar tan solo separando levemente los labios de los de ella), no te preocupes, está todo controlado, quedan aún algunos lugares, pero estaremos de vuelta una semana antes, así que tranquila y...

No continúo hablando ni dejó que ella contestara, simplemente devoró de nuevo su boca mientras volvía a acariciarla como hasta hacía unos minutos, estremeciéndose ambos de nuevo con el contacto del otro y disfrutando cada segundo de los sentimientos que recorrían sus almas.

Al volver al continente desde las islas situadas frente a las costas africanas, su destino fue el sur de España visitando dos capitales andaluzas, Sevilla y Granada.

Durante su estancia en Sevilla disfrutaron del crisol de culturas que dejaron huella en ella, visitaron el Real Alcázar, la inmensa Catedral o la impresionante Giralda, la Torre del Oro y el archivo de Indias, pasearon también por el parque de María Luisa, la imponente e increíble plaza de España o algo más moderno como es el Metropol Parasol, más conocido como Las Setas.

Pero si algo no podía faltar era pasear por su famoso barrio de Triana degustando su pescaito frito o su gazpacho bien fresquito, aunque Sadala sorprendió a Lita con algo más...