ESTRELLA DE ROCK

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Capítulo 40

Cuando Lita abrió el armario encontró un precioso vestido en verde esmeralda largo con un abertura lateral hasta una de sus rodillas, éste se ceñia a su cuerpo cuando se lo puso, Bulma había acertado del todo con la talla, el cuerpo del vestido dejaba uno de sus hombros al descubierto ya que el otro estaba cubierto por un gran lazo en el mismo tono del vestido, también había allí unos zapatos de tacón negros, una cartera de mano a juego además de un abrigo también en negro.

Cuando terminó de vestirse y de hacerse un recogido de moño bajo, salió del baño encontrándose a Sadala totalmente vestido con un traje negro de raya diplomática y chaqueta cruzada, chaleco igual y corbata en verde esmeralda, realmente estaba guapo, muy guapo, ella sabía además que el ponerse un traje así tan solo lo hacía por ella, por lo que se lo agradeció abrazándose a él por su cintura y dándole un beso dulce pero intenso.

Después del beso, Sadala le ofreció su brazo para que se cogiera a él y así salir de la habitación del hotel para dirigirse al restaurante en el que había reservado, aunque antes...

Sadala (mientras le ofrecía su brazo): me haría el honor de acompañarme a cenar señora... de Ozaru...
Lita (sonriéndole): por supuesto, señor Ozaru

En la puerta del hotel les esperaba el coche que los llevaría al restaurante, un restaurante cerca de un lugar que aunque no era el mismo si cerraban los ojos podría evocarles un momento muy especial para ellos como era... su primer beso.

El restaurante se encontraba frente a la Fontana di Trevi, la cual dice la leyenda que quien tira una moneda por encima de su hombro a la fuente, volverá a Roma algún día, dos monedas propiciarian un encuentro con el amor de tu vida y tres monedas le garantizan el matrimonio.

Al llegar, antes de entrar al restaurante, Sadala cogió la mano de Lita y la llevó a la fuente donde le contó la leyenda antes de abrazarla y besarla tímidamente como hizo la primera vez, un beso dulce, lento pero largo a la vez.

Sadala (al terminar de besarla): te amo y no necesito hacer lo que la leyenda dice porque ya encontré a la mujer de mi vida y me aceptó en matrimonio, pero cuando supe de la leyenda... quise traerte ya que en la fuente del jardín de mi abuelo fue donde te besé por primera vez, quieres... que hagamos lo que dice la leyenda, aunque los deseos a pedir... ya estén cumplidos?
Lita: te amo, ese momento en la fuente... ocupa un lugar especial en mi corazón, yo tampoco necesito hacerlo porque tú eres todo lo que yo deseo en mi vida, pero creo que ya que estamos frente a ella... sería algo bonito

Entonces Sadala sacó varias monedas de su bolsillo mientras ambos se colocaban de espaldas a la fuente comenzando a lanzar las monedas ambos por encima de sus hombros, primero una para desear volver a Roma, dos por encontrarse y tres por su futuro matrimonio, para después volver a besarse como sello a la acción que acababan de realizar.

En el restaurante les esperaba un reservado donde podrían estar absolutamente tranquilos, había hecho la reserva especificando que necesitaba privacidad debido a quien era, la había hecho como príncipe, ya que cuando estaba con Lita se sentía así más que en toda su vida, por que cuando ella apareció en su vida se dio cuenta de que por fin había encontrado a su princesa, a la única princesa a la que su corazón reconocía como tal y por la única que sería capaz de ponerse esos trajes que siempre había detestado.

Durante la cena conversaron mirándose a los ojos, viendo como sus propios ojos brillaban en los del otro, diciéndose varias veces que se amaban e incluso entrelazaron sus manos varias veces sobre la mesa ya que estaban sentados frente a frente, hasta que en el momento en el que les sirvieron su postre favorito, el pastel de chocolate, Sadala le dio algo a Lita...

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