ESTRELLA DE ROCK

Capítulo 33

Cuando Sadala colgó el teléfono ya estaba mucho más tranquilo, las palabras de Lita diciéndole que lo amaba tal cual era, que lo amaba con su cabello bicolor, con sus pendientes en la oreja izquierda o su ropa tan alejada de alguien con el estatus de nacimiento que él tenía lo reconfortaron, porque su apariencia no era la de un príncipe, ya que sus padres nunca le impusieron que se vistiera de otra forma, tan solo le pidieron que cuando la ocasión requiriera ir con traje elegante por favor lo hiciera y eso era lo que hacía, en cambio a Vegeta desde niño le gustaba ponerse traje, le gustaba vestirse como su padre y su abuelo, a veces tenían que pelearse con él cuando era niño para que llevara ropa cómoda cuando los llevaban a un parque de atracciones o a un picnic sobre la hierba.

Pero después de un primer momento en el que respiró aliviado se puso nervioso, recordó que Lita le había dicho que esa noche iría ella a su casa y más cuando miró a su alrededor, porque aunque la casa estaba limpia y ordenada, se dio cuenta de que ella le había pedido que buscara algo que hacer o ver, pero por más que miraba no encontraba nada que pudiera cumplir esa función, hasta que recordó que en su ordenador tenía guardadas varias grabaciones de sus conciertos y de sus películas favoritas, tan solo tenía que vincular su ordenador a la televisión para verlos mejor.

Una vez que tuvo todo eso preparado se relajó, aunque llamó a una floristería para que le llevaran un ramo de las flores favoritas de Lita junto con las de él, rosas rojas y azules, después se fue a la ducha y luego se vistió con su estilo de siempre, ese que le había dicho Lita que le gustaba tanto.

Cuando el timbre de su apartamento sonó su corazón se agitó, tenía tantas ganas de poder abrazarla y besarla, llevaba todo el día esperándo para poder hacerlo, pero cuando abrió la puerta y la vio allí, delante de él, mirándolo, en vez de decirle que pasara, se quedó quieto, estaba tan hermosa con tan solo unos vaqueros y una blusa azul cielo, que sólo reaccionó al escuchar su voz...

Lita (sonriéndole): mi amor, me ayudas?
Sadala: uhmm... si, si, claro, dame (le contestó cogiéndole la caja de pizza que llevaba y algo más que había sobre ella), pasa...

Aunque en cuanto Lita pasó y escuchó cerrar la puerta se giró para rodearlo con sus brazos, dándole un abrazo aún estando de espaldas.

Lita: creo... qué te hacia falta un abrazo cuando hablamos antes por teléfono...
Sadala (aún de espaldas): sí, pero... (dejó lo que llevaba en las manos en el recibidor y se giró), en realidad... prefiero...

Pero en vez de decirlo, lo hizo, comenzó a besarla sin soltarse del abrazo de ella pero con sus manos una a cada uno de los lados de la cara de Lita para acercar mejor sus labios a los de ella.

Al terminar ese beso dulce y prolongado, se sentaron a comerse la pizza y... la tarta de chocolate que había traído Lita, era la preferida de ella pero también la de él, aunque antes le dio el ramo de flores que había comprado para ella.

Lita: oh!, mi amor, son preciosas, rosas en rojo y azul, me encantan (volviendo a besarlo de la misma forma que antes, aunque esta vez Salada se abrazaba a ella también por su cintura)

Una vez acabaron de cenar se sentaron en el sofá, Sadala le dio las opciones que había preparado para que vieran, aunque no esperaba que Lita le dijera que le gustaría ver un concierto suyo, que nunca había ido, por lo que lo hizo, puso uno de sus conciertos, aunque siempre le había dado vergüenza cuando escuchaba sus canciones en la radio o en cualquier otro medio, se sentía raro, por lo que hizo lo mismo que solía hacer cuando escuchaba la grabación de una de sus canciones en el estudio para ver si había quedado suficientemente bien para incluirla en el disco, cantar, en el estudio tan solo movia los labios sin emetir sonido alguno, pero allí... con Lita... se puso a cantar como si lo que veían era tan solo la música y él... cantará tan solo para ella.