ESTRELLA DE ROCK

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Capítulo 42

A la mañana siguiente, mientras Vegeta y Bulma despertaban en esa casa junto a la playa en el apartamento que compartían Sadala y Lita, alguien despertaba al otro con el desayuno en la cama.

Sadala: buenos días mi amor (acercándose después a darle un dulce beso en los labios), feliz aniversario
Lita: uhmm... gracias mi amor por traer el desayuno a la cama, se ve todo delicioso, feliz aniversario para ti también (acercándose ella a él para besarlo de la misma forma mientras alargaba su mano hacia atrás para abrir el cajón de su mesita y sacar algo para él)
Sadala: uhmm... qué... es esto?
Lita: ábrelo, el año pasado nos pilló separados el aniversario de nuestro primer beso después de la boda de mi amiga y tu hermano, así que este año... te hice esto
Sadala (abriendo la caja): oh!, me encanta, la hiciste tú, es preciosa, una pulsera preciosa con nuestros nombres
Lita: gracias aprendí a hacerlas con Bulma en el instituto
Sadala (volviendo a besarla después de que le ayudará a ponérsela): si crees que tú no tienes regalo... (entonces sacó él otra cajita pero esta vez de su mesita de noche)
Lita: espero que no te hayas gastado mucho o... me hará sentir mal (le dijo riéndose y guiñiéndole un ojo), oh! no me esperaba... esto...
Sadala: ven, yo te ayudo a ponértela, yo... también se hacer estas pulseras y como sé cómo te gustan las cosas sencillas... la hice, aunque... no esperaba el mismo regalo

Ambas pulseras estaban hechas a mano con hilos de colores con sus nombres, la de Sadala tenía sus nombres en azul y negro, la de Lita los tenía también en azul, en dos tonos distintos de azul, uno oscuro y otro más claro.

Después de haberselas puesto el uno al otro, el desayuno quedó en un segundo plano, ya que ambos se abrazaron para comenzar un nuevo beso que provocó que Sadala volviera a meterse en la cama y comenzar a hacer que el delicado camisón de raso negro que Lita llevaba se deslizara de su cuerpo mientras la acariciaba, cayendo la bandeja con el desayuno, estrellándose estrepitosamente contra el suelo, pero no les importó.

El deseo del uno por el otro fue mayor que cualquier otra cosa como era habitual, la sensación de notar cómo el otro se estremecía cuando se unían en esa danza de pasión era lo que les hacía saber que no era un sueño y que el otro les pertenecía tanto como deseaban ellos pertenecer al otro.

En el momento en que acabaron exhaustos y sonrientes, fue cuando se dieron cuenta de que esa bandeja y su contenido habían quedado destrozados contra el suelo, haciendo que a ambos les entrara la risa...

Lita: vaya... creo que no voy a poder disfrutar de lo que me habías preparado
Sadala: no importa, iremos a desayunar de camino a...
Lita (impaciente): a qué!
Sadala: a mirar varias casas, mi amor este apartamento es muy pequeño y yo... bueno si tú quieres...
Lita (se impacientaba más al no entender por qué quería que vieran casas en ese instante): si quiero... el qué?
Sadala: mi amor, nos vamos a casar y aunque aún no has puesto fecha y... sabes que no tengo prisa, supongo... que más adelante... querrás... tener hijos conmigo...
Lita: por supuesto que sí, no los querría tener jamás con nadie que no fueras tú (le contestó volviendo abrazarse a él por el cuello con sus brazos y así atraerlo para besarlo), pero... comprar una casa aquí no tiene sentido, cuando acabe aquí volveré, volveremos... a nuestra ciudad, allí está el doctor Brief y el hospital princesa Echalote
Sadala (dándole un dulce beso algo más corto que el que ella le había dado): lo sé, no te preocupes, vamos a verlas allí lo prepare todo para verlas entre hoy y mañana al coincidir que hoy era sábado y así... no pierdas ninguna de tus clases
Lita: gracias mi amor, te amo
Sadala: yo también te amo

Y mientras ellos se vestían, desayunaban en una cafetería próxima al apartamento y ponían rumbo a ver esas casas donde formar su hogar..., en una casa en la playa Vegeta y Bulma también habían despertado.

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