36.

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La castaña estaba encerrada en uno de los calabozos, no sabía cuantos días llevaba metida en ese lugar o que sucedía afuera y se abrazaba así misma intentando consolarse, la mayoría del tiempo lloraba por la muerte de Lucerys.

- Princesa. - Levantó su cabeza al escuchar la voz de Otto. - No permitir que esto suceda...

Para nadie era un secreto que Otto quería a Lyra, tanto como quería a Helaena. El hombre mayor abrió la reja y le entregó una capa ayudándola a ponerse de pie, Lyra observo a Otto sin decir nada.

- Entiendo tus acciones y el por qué de ellas, mis hijos no tenían el derecho de decidir si querías tener al bebé o no.

Los ojos de la castaña se pusieron húmedos y agacho la cabeza, Otto le puso la capa y cubrio su cabello con la capucha.

- Lyra.

- Gracias... - Murmuró mirándolo. - ¿Por qué?...

- Por que me di cuenta de muchas cosas, no debí apoyar a mi hija en la usurpación del trono y debo morir por cometer esa traición a la corona.

Lyra agacho la mirada sabiendo que tenía razón y entonces vio la daga que Viserys le había mandado a ser a Baelon, miro a Otto negando con su cabeza.

- Estoy cansado....

- No... no puedo hacerlo...

- Usted debe hacerlo.

Con cuidado desenfundo la daga y vio como Otto se sentaba en el suelo del calabozo, esta se acercó poniendo la daga en su cuello y lo miro directo a los ojos.

- Nunca cambie princesa Lyra, usted es perfecta.

La castaña soltó un sollozo mientras sus ojos se estaban humedeciendo y entonces movió la daga cortando su cuello, lo abrazo cubriéndose de sangre mientras lloraba.

- Perdón... perdóname Otto... - Murmuró escuchando como se ahogaba con su propia sangre. - Te quiero... gracias.

Lyra volvió a mirarlo notando que ya estaba muerto, lo soltó viendo que estaba cubierta de sangre y comenzó a caminar hacia los pasadizos en donde lloraba en silencio, iba bien hasta que choco contra dos hombres y su perro.

- ¡Atrás!. - Advirtió sacando su daga mirándolos.

Ambos hombres retrocedieron observando a la joven, uno de ellos se dio cuenta quien era y Lyra miro al perro reconociendo a este.

- Princesa Lyra.

Esta miro al hombre que la nombro y asintió varias veces, este agacho su cabeza en muestra de respeto y le entregó el perro. Lyra lo tomó confundida y entonces el hablo rápido.

- En el muelle hay un barco parte en menos de media hora, si se apresura podrá llegar. - Explicó mirándola y suspiró. - Cuide a mi amigo por mi.

La castaña observo al perro y asintió varias veces con su cabeza, comenzó a caminar alejándose teniendo al perro en sus brazos y se apresuró como el hombre le había dicho, pero dio media vuelta y volvió.

Logro a alcanzar a los dos hombres, confundidos miraron a la joven princesa que habló con desesperación.

- La cabeza de mi hermano está aquí, no se donde... pero no me iré sin el.

 pero no me iré sin el

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Danza De Lazos. | Benjicot Blackwood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora