En una playa bañada por el resplandor dorado del sol poniente, la Reina Rhaenys Targaryen caminaba con paso lento y melancólico, sus pensamientos envueltos en recuerdos dolorosos y en la añoranza de su nieta perdida, Lyra Velaryon. Los susurros del mar y el suave crujir de la arena bajo sus pies parecían acompañar su tristeza, recordándole la ausencia de la joven que murió.
- ¿Por qué dioses?.
Cerro los ojos recordando al joven Lucerys Velaryon y como el pequeño siemore parecia nervioso, los ojos marrones llenos de vida y curiosidad por el mundo.
- Me han quitado a mis hijos y me han quitado a mis nietos.
Mientras las olas rompían suavemente en la orilla, Rhaenys se detuvo y cerró los ojos, dejando que las lágrimas brotaran libremente en su rostro. Recordaba a Lyra, con su risa contagiosa y sus ojos azules llenos de vida, y el dolor de su supuesta pérdida la embargaba una vez más.
A la distancia Lyra que se encontraba inconsciente sobre la arena y el mar golpeaba sus pies descalzos dejándolos fríos, el perro se acercó latiendo su cara intentando despertarla. Abrió sus ojos lentamente estos fueron golpeados por el fuerte sol y por instinto levantó su mano intentando aliviar el dolor de sus ojos.
- Mi niño...
Levantó la mirada viendo la cabeza cubierta por la manta y se arrastro sintiendo la arena clavarse en sus rodillas, sujeto con sus manos temblorosas la cabeza dejándola sobre sus muslos.
- Mi niño... - Murmuró con la voz quebrada. - Luke...
Lyra no había tenido tiempo de llorar su perdida, en esos días que la tuvieron que rehén la habían humillado y ni si quiera se le permitía dormir. Se permitió dejar salir todo ese dolor que se estuvo guardando y soltó un fuerte grito.
- ¡Hum... AAHH!.
Su grito salió quebrado mientras abrazaba la cabeza de su hermano pequeño contra su pecho y las lágrimas salían de sus ojos, miro al perro quien estaba sentado observándola.
- Vamos boy.
Se levantó sintiendo sus piernas temblar cayendo de nuevo a la arena, volvió a ponerse de pie y camino durante unos minutos junto a la orilla. El perro iba delante suyo guiandola, debido a que la mirada de Lyra estaba perdida en el suelo y pensando cuando vio como le cortaban la cabeza a Lucerys.
Benjicot quien vio a la reina que nunca fue, se acercó hacia ella con cuidado no quería alertar a la dragona Meleys quien dormía y se poso al lado de la mujer, el pelinegro no sabía como comenzar.
- Mi esposa... es una mujer muy...
No supo encontrar palabras para seguir un nudo se formaba en su cuello, bajo la mirada al agua que tocaba sus pies.
- Lyra fue mi nieta favorita. Lucerys también ha pesar de que no lo demostré, amaba a ese niño.
De repente, un suave murmullo en la brisa marina la sacó de su ensimismamiento. Al abrir los ojos, vio a una figura en la distancia, con el cabello castaño con mechas platinadas ondeando al viento y los ojos azules brillando con una mezcla de decepción y miedo. Era Lyra, su nieta amada, caminando hacia ella con pasos decididos y un brillo de tristeza en su mirada.
Rhaenys contuvo el aliento, sin poder creer lo que veían sus ojos. Lyra se acercó lentamente a su abuela, con los brazos extendidos en un gesto de cariño y afecto. Sin decir una palabra, las dos mujeres se fundieron en un abrazo cálido y reconfortante, la reina que nunca fue la abrazo muy fuerte.
Tanto que la joven soltó un quejido al ser apretada demasiado.
Rhaenys soltó a su nieta besando con fuerza si frente y uniendo estas en un silencio que a la vez decía todo, la observo sonriendo con tristeza y las lágrimas caían por sus mejillas.
En la suave brisa marina de una playa dorada, Benjicot Blackwood caminaba con el corazón cargado de tristeza y remordimiento. Había creído que su amada esposa, Lyra Velaryon, había perecido en un destino trágico, y el peso de su ausencia lo había consumido por completo. El sonido de las olas rompiendo en la orilla parecía susurrarle el eco de sus penas.
Se había acercado a Rhaenys en un intento de consolarla en medio de eso, vio como su esposa venía hacia ellos y pensó que era una simple alucinación. Como los sueños que había tenido donde ella volvía sana y salva con esa hermosa sonrisa en el rostro, pero despertaba en la cruda realidad en la que su esposa estaba muerta o eso pensaban.
Lyra se separo de su abuela sujetando algo en sus brazos y miró fijo a su esposo, viendo como los ojos de este se llenaban de lágrimas que caían como una cascada y este se acercó con temor. El se acercó a ella, y en un gesto casi instintivo, la abrazo con mucha fuerza, como si temiera que esta fuera a desvanecerse con el viento.
Las lágrimas brotanaban de los ojos de ambos, Lyra apoyo su mentón en el hombro de su esposo y soltó un suspiro cargado de muchas emociones. Se separo ligeramente para mirarlo y con sus manos temblorosas acaricio su mejilla con ternura en un acto de amor.
- Tu mano está helada.
Fue lo primero que le dijo tomando su mano con cuidado como si se fuera a romper y soplo en ella en un intento de calentarla. Lyra no dijo nada y sonrió mirándolo sintiendo como este le acariciaba la mejilla a ella.
- ¿Que te paso?.
La castaña lo miro a los ojos y decidió que aún no era momento de recordar lo sucedido, solo por unos minutos quería disfrutar de su esposo, su familia y desearía poder decir que también de su dragón Stwind. Unió sus labios con los suyos en un beso corto y hablo en voz baja.
- Lo contaré luego.
El asintió sin queres presionarla y volvió a abrazarla con fuerte besando su cabello sin importarle que estuviera sucio, lleno de arena pegada. Cuando se separaron Lyra miro a su abuela y sintió como Benjicot sujetaba su mano con fuerza.
- Deberíamos llevarte con los maestres. - Rhaenys habló preocupada acercándose a su nieta. - ¿Que paso cariño?.
La princesa con cuidado acaricio la mejilla de su nieta quien la miró a los ojos, la anterior Lyra se hubiera roto y hablado mientras lloraba, si bien algunas lágrimas empezaron a caer hablo sería.
- Fue todo una trampa y nosotros caímos, mordimos su anzuelo. - Explicó con rabia en su voz, aunque luego fue preocupación. - No se como veré a la reina a la cara...
Rhaenys no dijo nada en cambio acaricio el cabello de su pequeña quien la miró y luego miro lo que sujetaba en sus brazos.
- Es la... la cabeza de Lucerys. - Hablo apretando esta contra su pecho y miró al perro. - El es Boy.
Mis bebés se reencontraron.
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Danza De Lazos. | Benjicot Blackwood.
Fanfiction"Se que eh tomado muchas malas decisiones, pero su majestad le soy leal en esta guerra." Donde la primer hija mujer de Rhaenyra es utilizada para empezar la guerra. Secretos guardados saldrán a la luz y viejas alianzas, trairan nuevos amores.