XXXII

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8 de diciembre, dos semanas después

♡♡♡

Salí de hacer el examen más complicado de mi vida con las neuronas quemadas y sin haber dormido una mierda en toda la noche.

Menos mal que la asignatura se me daba bien, porque si no, no me quiero imaginar qué hubiera pasado con mis notas.

Lo bueno de todo esto, es que ese era el último hasta después del descanso de Navidad. Iba a ir a ver a mi familia, a descansar de tanto ambiente tenso, tantos rumores sobre Theo y yo...

Cuando llegué al comedor, ni siquiera miré la mesa de las putas de Ravenclaw. Fui directamente a sentarme con Enzo y Draco, pues eran los primeros en llegar.

Me había hartado de fingir que me caían bien; ya ni siquiera me hacía falta, así que les hice un favor a las tres y me fui de sus vidas.

Después de dos semanas seguía sintiéndome fuera de lugar sentándome en una mesa que no era de mi casa, con unos chicos la mayoría un curso más alto que yo. A pesar de que la gran parte de ellos hacían como que no existía porque tampoco les importaba mucho mi presencia, no podía evitar sentir que yo no era bienvenida en esa mesa.

No obstante, Enzo siempre se encargaba de demostrarme lo contrario, y me obligaba a quedarme allí cuando le decía que podía irme a comer al Bosque Prohibido, ya lo había hecho antes.

—Hola... —saludé, sentandome al lado de mi amigo.

Draco y él me saludaron, igual de destrozados por los exámenes que yo

Y encima Enzo iba a sexto... Ni me quería imaginar el nivel del año que viene con lo complicado que se me hacía ahora.

—¿Qué tal? —me preguntó Enzo, queriendo que participase en la conversación.

—Mal. Y eso que se me daba bien la asignatura.

—¿Cuál es? —dijo Draco, robándole comida a Enzo.

Aún se me hacía raro hablar con él tan tranquilos. Draco Malfoy fue el primero en reírse de mí porque me había quedado sola, pero no opuso resistencia cuando Theo le avisó "amablemente" que estaría comiendo con ellos por un tiempo indefinido.

Bueno, en realidad, era divertido estar con él. Era todo un señorito, y ponía unas caras de asco que siempre me sacaban una carcajada al ver cómo comía el cerdo de su amigo Blaise.

No nos caíamos extremadamente bien, pero nos soportábamos. De hecho, si nos pillaban a los dos de buen humor, hasta podíamos reírnos amistosamente del otro.

—Transformaciones. —contesté, tapandome la boca para bostezar.

En serio, tenía que dormir más o iba a acabar contando ovejitas en la hoja de algún examen que... Ah, no. No había más exámenes.

—El año que viene es peor —me avisó, antes de mirar a otra parte y apartar la cara porque le había pegado el bostezo.

—Pero si tú vas a mí curso —Le recordé, sin tragarme esa pequeña vacilada que me intentó colar.

—Por lo que ellos me han contado —añadió, señalando a Enzo con la cabeza.

No quería seguir hablando de asignaturas. Me dolía la cabeza tanto que ni siquiera tenía hambre, solo quería irme a dormir.

Smoke Curtains {Theodore Nott}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora