XXXIII

2.6K 143 47
                                    

Me destapé de golpe y me senté en la cama, dispuesta a sacarle toda la información. Incluso a la fuerza, si hacía falta.

—¿Dinero? —Repetí, levantándome y poniéndome de pie poco a poco, mirando a Enzo a los ojos.

Se dio cuenta de la cagada monumental que había hecho abriendo la boca, y empezó a retroceder a medida que yo avanzaba hacia él.

En su cara se reflejó la perfecta representación del terror, y empezó a hacerse el loco.

—No sé... ¿Qué? ¿Dinero? Has oído mal...

—Lorenzo Berkshire, ¿qué dinero? —espeté, casi grité, lo suficientemente enfadada como para arrancarle la cabeza del cuello en ese mismo momento.

No podía ser verdad.

Ya decía yo que todo era demasiado extraño. Demasiado forzado.

¿Theodore me había pedido ir al baile por dinero? ¿Cómo es que no vi venir que todo esto era demasiado bueno como para ser verdad? ¿Y por qué narices mi amigo me lo había ocultado hasta ahora?

Él tragaba saliva, muy nervioso, dudando en sí contármelo o no. Pero él sabía que no iba a dejarle ni dormir a no ser que me explicase de qué estaba hablando, así que, evitando mi mirada, comenzó a desembuchar:

—Theo y un amigo hicieron una apuesta para ver quién de los dos te llevaba al baile...

—¿Qué amigo? —exclamé, acercándome hasta acorralarle contra la pared.

—No creo que...

—¡¿Qué amigo?! —repetí, furiosa.

Furiosa por haber sido tan tonta. Furiosa con Enzo, por haberme traicionado así.

¿Una apuesta? ¿Quién podría apostar eso si pensaban que éramos novios y por ello darían por hecho que iríamos juntos, sin necesidad de apuestas? Sería un derroche de...

El mundo se me cayó a pedazos cuando la única persona que encajaba con esa descripción se me vino a la cabeza.

¿Él tambien?

Enzo no necesitó responder nada porque supo que yo lo adiviné en menos de tres segundos.

Yo empecé a sacudir la cabeza de lado a lado, sin poder gestionar que los tres hubieran jugado conmigo como una... Ni siquiera sabía si existía una palabra en el diccionario para esto.

—Imposible —dije, negandome a aceptar esto—. Ninguno de los dos ha hecho ningún esfuerzo para intentar conquistarme. De hecho, Matheo me dejó de hab...

—Eso es porque Matheo se lo propuso a Theo para intentar emparejaros, no por otra cosa —me interrumpió, defendiendo a sus amigos.

—¿Y pensabas ocultarme todo esto? —solté nada más terminó de hablar, con el mismo dolor que dejaba que te clavaran un puñal en la espalda.

De Theo me lo esperaba todo. Con Matheo no estaba tan enfadada porque no quise creer que lo hizo con mala intención, más bien como una motivación para Nott... ¿Pero de Enzo? ¿Cómo me había hecho esto sabiendo que odiaba este tipo de cosas?

—Lia, lo siento —Comenzó a disculparse, pero le di la espalda, sin poder creer que no pensara avisarme de que estaban jugando conmigo—. No pensé que fuera a hacerte tanto daño.

—Vete. —Le pedí, en un susurro autoritario, intentando controlarme para no pegarle una bofetada ahí mismo.

Pero mi supuesto amigo no me hizo caso, y continuó excusándose, sintiéndose muy culpable, como debía hacerlo.

Smoke Curtains {Theodore Nott}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora