No tenía las llaves para entrar en la habitación, se las quedó Theodore. Lo único que tenía conmigo en ese momento era mi bolso, con un frasco de perfume, un mechero, una caja de cigarros y mi móvil.
Escondida entre unos árboles del vacío jardín, mientras ya todos estaban en la fiesta de la playa, con lágrimas de puro terror arruinando mi maquillaje y las manos temblorosas, busqué el contacto de la única persona que podía hacerme entrar en razón y ayudarme a pensar con cabeza fría en ese momento.
Pero no contestó. Lo volví a intentar por lo desesperada que estaba, y obtuve lo mismo que la última vez. Pero doy gracias a Rowena Ravenclaw que no me rendí y lo intenté una última vez, porque en esta ocasión, escuché la voz de Enzo con un montón de ruido de fondo, preguntándome:
—¿Lia? ¿Qué pasa?
—Enzo... —Empecé, pero mis sollozos y mi respiración agitada no me permitió pronunciar ni una palabra más.
Me sentí tan estúpida de no haber luchado más hace veinticuatro horas, por no haberme quedado durmiendo y haber ido a clases como cualquier otro viernes... Ahora estaba atrapada en una isla muy muy lejos de casa, sin ninguna manera de huir, y rodeada de asesinos.
¿Cómo es que no lo había pensado antes? ¿Por qué Theodore me invitaría a mí a un evento así?
Porque no podía llevar a algún ser querido, o a alguien que no odiara. Si me traía a mí aquí, le daba completamente igual lo que me pasara. Por eso yo era su única opcion; cualquier otra chica le hubiera hecho sentir demasiado culpable, hasta a él.
¿Cómo no lo había visto antes? Un Slytherin tan frío y malvado como él, con un linaje como el suyo, claramente también estaba aspirando a ser un mortífago.
—Vale, a ver, Lia, ¿me escuchas bien? —Oí la voz de Enzo, que sonaba tranquila y serena. Justo lo que necesitaba ahora.
Intenté responder, pero no podía respirar, mucho menos hablar. Escuché que cada vez había menos ruido y eso ayudó a que volviera a la calma más rápido.
—Está bien, no pasa nada. Solo tienes que escucharme ahora.
»Necesito que intentes respirar a la vez que yo. Lo hacemos juntos a la de tres, ¿vale?
Enzo empezó a decirme cuando inhalar y cuando exhalar, y al principio solo me frustré más porque no podía hacerlo. Pero continué haciéndole caso, porque él era lo único a lo que podía recurrir ahora mismo.
Él y Matheo, pero no quería que volviera a verme así, sobre todo cuando me había pasado algo muy similar hacía menos de veinticuatro horas.
Eventualmente, volví a estabilizar mi respiración, pero seguía temblando como una gelatina y con los ojos rojos por todas las lágrimas de pánico que había derramado.
—Gracias, Enzo... —Le dije, con la voz muy temblorosa.
—De nada, Lia... ¿Ya puedes contarme qué ha pasado?
En ese instante, no supe qué hacer.
Si contaba un secreto así de gordo a Lorenzo, obviando que para dentro de dos días estaría en boca de todos, Theodore sabía que la única que lo podría haber contado era yo, porque dudaba que alguno de sus otros amigos supieran algo de esto... Quizá Malfoy, Zabini o Black también formaban parte de los mortífagos, pero sería estúpido que ellos delataran a uno de sus miembros... Por lo que Theo sabría que la que contó esto fui yo, y vendría a por mí.
Así que no podía hacer nada más que inventarme algo. Pero no era capaz de mentir a Enzo después de lo que había hecho esa noche.
—No puedo, Enzo... Es... Es complicado, pero te prometo que ya estoy bien. En serio, eres el mejor amigo del mundo.
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Smoke Curtains {Theodore Nott}
FanficADVERTENCIA: Uso de drogas, asesinatos, lenguaje obsceno y grosero, escenas de sexo +18, amenazas de muerte, violencia y sadismo, toxicidad y posesividad dentro de una pareja; no imitar. Un slow-burn con Theodore Nott, a través de un enemies to love...