Charlotte siempre fue tratada como "la chica fea", sus familiares, amigos y conocidos solían discriminarla por su apariencia.
En el transcurso de los años aprendió a vivir con eso, mejor dicho, a aceptar que era una "chica fea", ganándose un mal tra...
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Eran las siete de la mañana, un nuevo día en la escuela.
Todos fijaban su vista en la castaña que pasaba por los pasillos, sintiéndose más segura de sí misma.
Charlotte caminaba hacia su salón de clases, todas las miradas iban hacia ella.
Está al entrar, sus compañeros se quedaron viéndola y lo último que vio fue cómo comenzaron a burlarse.
Charlotte había tomado el maquillaje de su madre a escondidas para intentar verse como las mujeres que habían salido en el anuncio de anoche, pero era su primera vez maquillándose; así que terminó luciendo como un payaso y ella pensaba que todo lo había hecho bien.
—¡Dios mío, gracias por esto! —gritó Jordyn soltando carcajadas al ver a Charlotte.
Charlotte llevó sus manos a su cabello e intentó arreglarlo pensando que era eso.
—¡Esta chica cada día me sorprende más! ¡Es impresionante! ¡Va de mal en peor! —gritó Shane divertido.
—¡¿Quién quiere una foto con la payasa?! —gritó Lin divertida mientras se acercaba a Charlotte y la abrazaba por los hombros, mientras Jordyn les tomaba una foto.
Charlotte bajó su cabeza escuchando los sonidos de las fotos que le tomaban sus compañeros y las lágrimas no tardaban en aparecer.
—¡No llores, payasa! ¡Se te va a correr el maquillaje y después serías un monstruito! —gritó Shane.
Charlotte tomó las tiras de su bolso con fuerza y salió del salón de clases, siendo abucheada por todos. Había intentado cambiar para que todos pudieran verla de una manera distinta, creyó que iba a funcionar, pero terminó arruinándolo.
Corría por los pasillos de la escuela y chocó con una mujer.
—¡Ahhh! ¡Ay, Dios mío! ¡La sangre de Cristo tiene poder! —gritó la mujer asustada al ver el rostro de Charlotte.
—¿Mamá? ¿Qué haces aquí? —preguntó Charlotte, confundida con lágrimas en sus ojos.
—¿Qué te pasó en la cara, hija? ¿Por qué lloras? —preguntó su madre confundida.
—Intenté maquillarme... Pero lo arruiné y parezco un payaso —dijo Charlotte pasando la manga de su sudadera por su nariz.
—Ay hija, ¿por qué no me pediste ayuda? —preguntó su madre.
—Seguí un tutorial en YouTube y pensé que eso era suficiente... Además, tú te maquillas muy raro —dijo Charlotte.
—¿Tutorial para maquillarse como payaso? —preguntó su madre divertida y Charlotte la miró reprochándole. —Ya, ya, está bien.
