Charlotte siempre fue tratada como "la chica fea", sus familiares, amigos y conocidos solían discriminarla por su apariencia.
En el transcurso de los años aprendió a vivir con eso, mejor dicho, a aceptar que era una "chica fea", ganándose un mal tra...
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Engfa caminaba por los pasillos de la universidad mientras soltaba carcajadas, sus amigas la seguían, eran un grupo pequeño, que consistía en Snack, Meena y Aoom.
—Entonces, ¡el tipo abrió sus ojos al notar que había perdido!, fue tan divertido —dijo Meena soltando una carcajada.
—Eres malvada Meena —dijo Aoom.
En ese momento Charlotte se acercó al grupo y estas pararon al verla.
—Al parecer se te olvidó traerlo de nuevo, al menos que lo hayas desarmado y ahora lo tengas en tu mochila —dijo Engfa mirando fijamente a Charlotte.
—Yo... Tengo que decirte algo —dijo Charlotte y el grupo empujó a Engfa acercándola a la castaña mientras hacían pequeños gritos divertidos.
—¿Qué? —preguntó Engfa intentando sonar dura.
Charlotte tomó su mano y le dejó una pequeña carta entre ellas.
Engfa la miró confundida.
—¿Qué es esto? —preguntó.
—Léela, ¡pero no ahora!, cuando me vaya —dijo Charlotte cabizbaja.
—Está bien —dijo Engfa soltando una pequeña carcajada con sus mejillas levemente sonrojadas.
Charlotte se fue rápidamente de ahí, Tina había visto todo con los puños cerrados.
—¿Es una carta de amor? —preguntó Aoom intentando ver la carta.
—Esa chica está flechada por ti. ¿Cuánto apuestan a que no le quiere dar su casco para llamar su atención? —dijo Snack divertida y estas soltaron una carcajada.
Engfa abrió la carta y comenzó a leerla con una sonrisa divertida.
La paciencia, además de ser una habilidad para esperar... Es tener una buena actitud mientras se espera.
Mi padre vendió tu casco, haré lo posible para recuperarlo.
No me mates.
—Esa chica —susurró Engfa empuñando la carta en su mano con fuerza. —¡Charlotte Austin!—gritó Engfa enojada y con sus puños cerrados.
Las chicas la miraron confundidas y Tina empujó a Engfa del pecho deteniéndola.
—¿Qué quieres? —dijo Engfa secamente.
—Deja a Charlotte en paz —dijo Tina enojada.
—¿Disculpa?, que me deje en paz ella —dijo Engfa con el ceño fruncido y confundida.
