CAPÍTULO 37

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—¡Tú, niña tonta! ¡Tonta! ¡Tonta! —gritaba el padre de Charlotte dándole leves golpes en el hombro mientras caminaban hacia su casa. Después de que Charlotte lo golpeara con un sartén, esta no aguantó la vergüenza y decidió salir rápidamente de la casa de Engfa con su padre.

—¡Ah! ¡Papá! —gritó Charlotte llevando su mano a su hombro adolorida. —Estoy tan avergonzada con Engfa... ¡Me humillaste! —gritó.

—Aun así, no le cuentes a tu madre sobre esto —dijo el señor Austin.

—No lo haré, si tú no le dices que estoy saliendo con Engfa —dijo Charlotte, mirando fijamente a su padre.

—Sabes que soy bueno guardando secretos —dijo su padre ofreciéndole su mano para sellar el trato.

—Sabes que me parezco a ti —dijo Charlotte sonriendo y estrechando su mano con su padre, estos soltaron una risa y siguieron caminando hacia su hogar divertidos.

Al llegar, Charlotte sacó de su bolsillo la llave de la puerta principal y cuidadosamente la introdujo para abrir la puerta.

Al abrirla, Charlotte miró a su padre y le hizo una seña de que hiciera silencio colocando su dedo índice en sus labios, estos entraron sigilosamente a la casa, todo estaba oscuro y se voltearon para cerrar la puerta sin hacer ningún ruido.

Ya pasaron la primera prueba que era entrar a la casa, ahora tenían que llegar a sus habitaciones sin hacer ruido, cuando se voltearon para seguir su camino chocaron con un cuerpo.

—¡AHHHHH! —gritaron los dos al unísono mientras se abrazaban asustados.

La señora Austin encendió las luces, Charlotte y este pudieron verla con sus brazos cruzados mirándolos fijamente.

—Hola, mami... —dijo Charlotte, nerviosa.

—Hola cariño... —dijo en el mismo tono el señor Austin mientras esta los miraba enojada.

—Mucho tiempo sin verlos... Al parecer ya olvidaron que esta es su casa —dijo con su voz grave mientras estos la miraban asustados.

—Dime algo... —dijo mirando fijamente a su esposo. —¿Lograste recuperar tu trabajo? —preguntó y el señor Austin negó cabizbajo.

—No —respondió.

—¡¿Entonces qué haces aquí?! —gritó quitándose su chancla para golpearlo y este comenzó a correr.

—¡Mamá espera! —gritó Charlotte preocupada.

—¡Cariño, por favor, cálmate! —gritó el señor Austin corriendo por toda la casa, siendo perseguido por su esposa. —¡Yo también soy una víctima!

True Beauty / Englot...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora