Camina tranquilamente por las calles de aquella misteriosa ciudad, observa a su alrededor algo desorientado pues no tiene idea dónde fue a parar, en su mundo las cosas son un poco más fáciles de llevar y de orientarse, ¿Dónde está? ¿En qué parte del mundo se encuentra ahora? Relame sus labios algo nervioso, observa a todos lados en cuanto nota que algunas personas lo observan demás debido a su apariencia, decide colocarse la capucha de su abrigo mientras las gotas de lluvia caen del cielo, el clima al menos es de su agrado; suspira, debe mantener un bajo perfil para evitar que los cazadores lo encuentren, los tatuajes de su cuello y en sus brazos se iluminan levemente y él debe encogerse en el lugar para que nadie pueda verlo y sus ojos dan con un cartel donde se ven varias palabras, especialmente el nombre de la ciudad en la que se encuentra.
Helsingborg.
La hermosísima Helsingborg es una ciudad sueca de la provincia de Escania, situada al lado del estrecho de Øresund, una de las ciudades más antiguas de Suecia y ha sido el lugar de asentamiento permanente de forma oficial desde el veintiuno de mayo de mil ochenta y cinco. Suecia... Se encuentra lejos del último país al que ingresó, la huida de sus perseguidores lo ha tenido tan ocupado que no ha sido capaz de prestar atención al cruzar los portales para saber dónde iría a parar, observa sus manos encenderse suavemente en una luz violácea que le muestra el camino más rápido al Castillo de Sofiero, donde podrá estar un poco más seguro y podrá contactarse con sus conocidos, debe terminar la búsqueda del descendiente de Merlín antes de que sea demasiado tarde para el mundo mágico.
—Lialevi Amaial — susurra, aquella luminiscencia de sus manos se mueve con lentitud hasta abandonarlas y danzar entre el viento, meciéndose con parsimonia, guiándolo por el camino correcto a dónde otra fuente de magia yace, una manera de encontrar a otro mago en el sitio.
Eleck sonríe, guarda sus manos en los bolsillos de su capa y baja la cabeza para que nadie pueda ver sus peculiares ojos, sigue aquella bruma violácea que es invisible a la simple vista de una persona mundana y se pierde entre todos los transeúntes, como si fuera un humano más, común y corriente, cuando realmente lleva una gran responsabilidad sobre sus hombros dispuesto a hacer lo que debe por ella.
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El blanco de sus ojos
FantasyNiesse Donovan es una joven que vive en Helsingborg desde hace cinco años buscando encaminar su vida, proveniente de una familia sumamente tranquila y común, cree que nada puede sorprenderla ya, pero todo cambia una noche en que decide ayudar a un e...