El Castillo de Sofiero es ahora sede y testigo de un enfrentamiento mágico aun cuando hay humanos en el sitio, afortunadamente la mente y los ojos mundanos no son capaces de percibir en su totalidad lo que acontece en sus salones pero no por eso no afecta a los turistas. El gran salón principal —donde alguna vez se paseó grácil y paciente la Reina Sofía— se ve lleno de tensión cuando Gya decide acabar con la tertulia que se ha generado debido a su aparición y ataca con un Oculi Tenebris a Equusuu, el hechicero guardián de la principal puerta al reino de Merlín; es esto lo que ha descolocado un poco al hombre que porta un Ave Fénix en su guardia ya que, generalmente, es muy respetado debido a su honorable misión —aceptada con dicha y gozo desde tiempo inmemorables—.
—¡Protego! —Silvano creó un escudo alrededor de Equusuu evitando que fueran sus ojos afectados por esa malévola estela oscura.
—Creo que no has notado con quién te enfrentas —Gya observó a ambos con desdén pero su confianza no disminuía en lo absoluto.
—Será mejor que tú veas que estás en desventaja —Alistair la enfrentó preparándose para pelear mientras que Rayna se encargaba de proteger a un herido Ónice y Niesse ayudaba a Eleck a resguardarse lo mejor posible de la mujer quedándose detrás de los demás.
—¿Realmente creen, grupo de ineptos, que estoy sola aquí? —Gya sonrió con suficiencia sabiendo que sus pares Pimeys y Antaa Potkut llegaban desde diferentes salas para secundarla en la batalla—. De aquí no saldrán vivos.
—¿Qué es lo que está sucediendo? Niesse tienes que decirme, no puedo depender de mis oídos únicamente —Eleck habló rápidamente mientras pasaba su brazo por los hombros de Donovan para poder sostenerse mejor.
—Esa loca mujer tiene un gran grupo de hechiceros de su lado, no somos nada en comparación a ellos —habló por lo bajo la bibliotecaria mientras observaba a su alrededor sabiendo que sus palabras eran ciertas en ese momento, un híbrido herido, un mago que no puede ver y una humana, demasiada desventaja—. El hechicero podría estar de nuestro lado.
—Aun así, no puede causarles mucho daño. Su misión está primero antes que nada, como miembro de la corte que protegía a Merlín no puede quitar vida, es parte del juramento que hacemos —Eleck susurró preocupado analizando las posibilidades que tenían para salir ilesos de allí, o al menos, en las mejores condiciones posibles.
—Estamos en desventaja —negó la chica retrocediendo al igual que sus amigos.
—Tenemos que enfrentarlos —Equusuu habló viéndolos por sobre su hombro—. Dividir el gran grupo que son y tratar de protegernos siempre antes que atacar, de esa manera podré abrir el portal para salir de aquí, de lo contrario, estamos muertos.
—Pero no podemos, tenemos a un herido y a alguien que no puede ver —negó Silvano.
—Háganlo, no podemos perder más tiempo —negó el Valaisin tomando la palabra.
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El blanco de sus ojos
FantasyNiesse Donovan es una joven que vive en Helsingborg desde hace cinco años buscando encaminar su vida, proveniente de una familia sumamente tranquila y común, cree que nada puede sorprenderla ya, pero todo cambia una noche en que decide ayudar a un e...